Evangelio sábado 2 de noviembre

Sábado 2 de noviembre de 2019 | Gonzalo Manzano

2 de NOVIEMBRE del 2019.

Evangelio según San Mateo, capítulo 25, 31 - 46

Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos

Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso. Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, y pondrá a aquellas a su derecha y a estos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: 'Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver'. Los justos le responderán: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; ¿sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; ¿desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?'. Y el Rey les responderá: 'Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo'. Luego dirá a los de su izquierda: 'Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles, porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; estaba de paso, y no me alojaron; desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron'. Estos, a su vez, le preguntarán: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de paso o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?'. Y él les responderá: 'Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo'. Estos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna.

Meditación de Gonzalo Manzano González

"Aléjense de mí, malditos"

Jesús parece decirme: Es fuerte, ¿no? Y es verdad. No lo dije para meter susto nada más. Es la promesa del resultado de su libertad. Ustedes pueden elegir hoy a qué lado serán puestos cuando separe a las ovejas de los cabritos. El Padre les regaló la vida, y yo les prometí la Vida Eterna con nosotros, si se ocupaban en cumplir mi mandamiento del Amor. Claro que la vida terrena es un abrir y cerrar de ojos, aunque muchos no quieran admitirlo, pero por eso es aún más importante optar a cada momento por regalar el Amor que les hemos regalado. Luego está mi misericordia, pero no se aprovechen, porque es siempre justa.

Qué duro siento este mensaje. De corazón no quiero estar entre los cabritos, creo que no lo aguantaría; pero luego me pregunto si realmente he hecho acciones como las que Cristo me plantea en la lectura. Ahí entra en mi todo el miedo a no ser digno del Amor de Dios, cuando le doy la espalda o simplemente peco por omisión. Pero también recuerdo que por el sólo hecho de ser un hijo de Dios, he recibido esa dignidad, y Dios me recibe porque me amó primero, al crearme. Tal como yo amo a mis hijos, incluso cuando me hacen mal o se equivocan, no por eso dejo de amarlos y perdonarlos, una y otra vez.

Señor Jesús, te agradezco por ese don gratuito de la vida. Me la has regalado y con ella la oportunidad de entrar contigo en la Vida Eterna, pero soy débil y necesito de Ti para lograr vencerme a mí mismo y seguirte hasta ella. No dejes, Señor, que desfallezca en la búsqueda y seguimiento del camino que me lleva al Padre. Sé que ese camino eres tú, pero mi torpeza no conoce límites a la hora de alejarme de Ti. Te pido a Ti y a tu Madre Santa que me tomen de la mano, y que, teniendo un corazón de niño, avance pasito a pasito hasta, si Tu lo quieres así, las ovejas que has elegido a tu derecha.

AMÉN

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