Evangelio sábado 25 de enero

Sábado 25 de enero de 2020 | Gonzalo Manzano

25 de ENERO del 2020

Evangelio según San Marcos, capítulo 16, 15 - 18.

Sábado de la Segunda Semana del Tiempo Ordinario

Fiesta de la Conversión de San Pablo, Apóstol.

Entonces les dijo: "Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación. El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará. Y estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán a los demonios en mi Nombre y hablarán nuevas lenguas; podrán tomar a las serpientes con sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño; impondrán las manos sobre los enfermos y los curarán".

Meditación de Gonzalo Manzano González

"Anuncien la Buena Noticia a toda la creación"

Jesús parece decirme: No quiero que te guardes la verdad que te he revelado para ti solamente. El mundo necesita enormemente de tu testimonio, de hacer llegar mi Mensaje a todos los oídos, para que así, tal como tú lo recibiste de todos quienes han aceptado mi llamado, puedan conocerme a través tuyo. No dejes de compartir la gracia que mi Palabra trae para tus hermanos, sino comparte con ellos el gozo de la fe. Y regala a los demás una cara de redimido, alegre y seguro

Este texto siempre me asombraba más por los signos y prodigios que venían con la predicación. Hoy me asombra encontrarme con este anuncio. Es el encargo directo que Dios me hace para ser partícipe de su predicación. Hoy más que nunca, veo que el mundo necesita conocer a Cristo, y si bien Él mismo podría mostrarse de manera patente, eso quitaría la posibilidad de conocer a Dios de manera personal, y de vivenciar la fe. Tengo que tomar más en serio mi tarea apostólica.

Señor Jesús, has regalado a tu gente el don del Espíritu para que fueran por el mundo anunciando tu Evangelio. Hoy, en medio de un mundo incrédulo, con una Santa Iglesia, que también está llena de las pequeñeces humanas, me invitas a responder a este llamado. Perdóname si no he estado a la altura, sabiendo perfectamente que hace tiempo ya que debiese haberme puesto en marcha. No claudiques en mi conversión, y sigue llamándome al apostolado, para que de una buena vez sea colaborador de tu misión.

AMÉN

 

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