Evangelio sábado 30 de marzo

Viernes 29 de marzo de 2019 | Gonzalo Manzano

30 de MARZO del 2019

Evangelio según San Lucas, capítulo 18, 9 – 14.

Sábado de la Tercera Semana del Tiempo de Cuaresma

Refiriéndose a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás, dijo también esta parábola: "Dos hombres subieron al Templo para orar: uno era fariseo y el otro, publicano. El fariseo, de pie, oraba así: 'Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos y adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago la décima parte de todas mis entradas'. En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se animaba siquiera a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: '¡Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador!'. Les aseguro que este último volvió a su casa justificado, pero no el primero. Porque todo el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado".

Meditación de Gonzalo Manzano González

"Te doy gracias porque no soy..."

Cristo parece decirme: En vez de pensar en lo que "no eres", lo que debiera llamar tu atención y ser parte de tu vida, es lo que "eres". No te compares con otros, porque en verdad no tienes idea de cómo es en realidad tu prójimo. En vez de eso, tómate el tiempo de verte a ti mismo, y sin engañarte, reconócete falible, con cosas buenas y otras no tanto. Eres mi criatura amada, y por ese solo hecho, estoy dispuesto a justificarte y a aceptarte así. Sólo te exijo que pongas todo de ti para mejorar, y que busques hacer el bien a los demás.

Con este evangelio se me hace patente la necesidad de un Examen de conciencia. Cuántas veces he hecho caso omiso de éste justo antes de mi Confesión. O cuando lo recuerdo, hago una "pasadita rápida", para ver qué cosas más patentes he hecho, en vez de profundizar en mi corazón y buscar aquellas cosas que de a poco se van incrustando en mi alma, y quedan como parásitos que luego son difíciles de remover. Quiero darme el tiempo en esta Cuaresma de pasear por mi interior y limpiar la casa, abriendo ventanas y dejando que entre el sol.

Cristo Jesús, te agradezco porque me amas como soy. No quiero verme ni compararme con lo que pueda percibir de otros, ya que es una visión tan parcial de todo, que de seguro está equivocada. Gracias por redimir esos pecados en tu Cruz, y por recordármelo año a año en Semana Santa. No dejes tampoco que desespere, y que siempre pueda verme con ojos de misericordia. Madre querida, llámame desde tu Santuario a compartir contigo la alegría de sentirme amado por ti y por tu Hijo, y que pueda compartirlo con los demás en el mundo.

AMÉN

Comentarios
Nombre:   Procedencia:
Comentario:
Código de seguridad:   captcha
Caracteres restantes: 1000