Evangelio sábado 5 de junio

Sábado 5 de junio de 2021 | Gonzalo Manzano

5 de JUNIO del 2021

Evangelio según San Marcos, capítulo 12, 38 - 44

Sábado de la Novena Semana del Tiempo Ordinario

San Bonifacio, Obispo y Mártir. Memoria obligatoria

Y él les enseñaba: "Cuídense de los escribas, a quienes les gusta pasearse con largas vestiduras, ser saludados en las plazas y ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los banquetes; que devoran los bienes de las viudas y fingen hacer largas oraciones. Estos serán juzgados con más severidad". Jesús se sentó frente a la sala del tesoro del Templo y miraba cómo la gente depositaba su limosna. Muchos ricos daban en abundancia. Llegó una viuda de condición humilde y colocó dos pequeñas monedas de cobre. Entonces él llamó a sus discípulos y les dijo: "Les aseguro que esta pobre viuda ha puesto más que cualquiera de los otros, porque todos han dado de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir".

Meditación de Gonzalo Manzano González

"Y miraba cómo la gente depositaba su limosna"

Jesús parece decirme: No porque Yo no esté visiblemente en la Tierra dejo de observarlos. Veo en sus corazones, veo en sus mentes, veo sus acciones y sus omisiones. Mi poder es tal que nadie escapa de mi mirada. Esto no es para que tengan miedo, sino el don del Espíritu. Sepan que los veo, y me preocupa cada paso que dan, y por eso, quisiera que asuman que todo lo que dicen, piensan, omiten y hacen, a Mi me importa, porque los amo como no tienen idea, y sólo ustedes y su salvación ocupan mi corazón. Por eso, tengan ojo, y no pierdan oportunidad en dedicar su vida a amar a los demás, como Yo los amo.

Este mundo vertiginoso nubla mi razón. Me cuesta tanto reconocer que todo lo que ato acá se ata en el Cielo, que a la hora en que veo hacia atrás, termino por darme cuenta que metí la pata en el Cielo, o bien actué conforme al mandamiento del Amor. Creo que eso es lo que más me cuesta aceptar, porque no me gusta la idea de no poner todo mi ser en lo que pienso, digo y hago. Si no me doy cuenta que lo estoy haciendo bien o mal, al momento de hacerlo, me da la impresión de que la intencionalidad de mi búsqueda de la Santidad se diluye. Quiero intencionar mis acciones en la búsqueda de Cristo, y no simplemente dejarme llevar.

Señor Jesús, Tú que me miras desde lo alto, y también desde mi Corazón, cada vez que comulgo y me confieso; Tú que me miras cuando a través de mi esposa me educas para ser mejor persona, has que cada vez que de un paso, en cada instante de mi vida, avance con la plena convicción de que voy contigo, que me observas y que sólo quieres ayudarme a que me parezca más y más a Ti. Señora del Cenáculo, te pido que intercedas por mi para que el Espíritu de Pentecostés anide en mi mente y corazón, y así recibir sus dones y frutos. Que no me pierda ninguna oportunidad de acercarme más a Ti, Señor.

AMÉN

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