Evangelio sábado 5 de octubre

Viernes 4 de octubre de 2019 | Gonzalo Manzano

5 de OCTUBRE del 2019.

Evangelio según San Lucas , capítulo 10, 17 - 24.‬‬‬‬‬‬‬

Sábado de la Vigésima Sexta Semana el Tiempo Ordinario

Los setenta y dos volvieron y le dijeron llenos de gozo: "Señor, hasta los demonios se nos someten en tu Nombre". Él les dijo: "Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Les he dado poder para caminar sobre serpientes y escorpiones y para vencer todas las fuerzas del enemigo; y nada podrá dañarlos. No se alegren, sin embargo, de que los espíritus se les sometan; alégrense más bien de que sus nombres estén escritos en el cielo". En aquel momento Jesús se estremeció de gozo, movido por el Espíritu Santo, y dijo: "Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, como nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar". Después, volviéndose hacia sus discípulos, Jesús les dijo a ellos solos: "¡Felices los ojos que ven lo que ustedes ven! ¡Les aseguro que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron!".

Meditación de Gonzalo Manzano González

"¡Felices los ojos que ven lo que ustedes ven!"

Jesús parece decirme: Quienes han elegido seguirme, quienes han aceptado mi Palabra como su propia verdad y ley de vida, y la ponen en práctica, son personas que están reservadas por mi Padre para compartir conmigo la Gloria de la Vida Eterna. Esto es sin duda, la verdadera felicidad, por la que todo hombre y mujer transita por el mundo. ¿No se dan cuenta que es a esto a lo que los invito? Los invito a verme, a ver la Gloria de Dios y compartirla conmigo. Las personas libremente eligen no creer en Mí, y no tienen idea de cuánto más feliz su vida sería si tan solo quisieran conocerme.
De verdad no entiendo cómo es que alguien prefiere "no creer", independiente de las razones que tenga. Vivir la vida sin creer que hay algo mucho más grande que nosotros mismos, que la naturaleza en sí, y que nos espera luego de la muerte de nuestro cuerpo, es algo tan triste, que no entiendo cómo algunas personas optan por ello. Comprendo que al ver las barbaridades que algunas personas creyentes han hecho, ellos se sientan escépticos de la verdad que llevan las palabras de la fe, pero no creo que sea una opción más liberadora o más feliz.
Querido Jesús, has obrado en mí el milagro más grande, que es regalarme la fe. Tus discípulos pudieron verte, oírte y tocarte, compartir la vida contigo. Hoy yo sólo tengo mi fe para experimentarte en el mundo, y realmente con eso me basta. Obvio que quisiera ver al mundo sonreírte y alabarte, pero de verdad, has puesto en mí una alegría que, aunque no se vea, me desborda, por lo que sólo me queda intentar compartirla con los demás, para que ellos también puedan experimentarla. Dame Señor la intuición divina, necesaria para hacer llegar esta alegría y gracia a todos los que me rodean, aunque sea en las cosas pequeñas.

AMÉN

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