Evangelio sábado 7 de diciembre

Sábado 7 de diciembre de 2019 | Gonzalo Manzano

7 de DICIEMBRE del 2019

Evangelio según San Mateo, capítulo 9, 35-38. 10, 1.5 a.6-8

Sábado de la Primera Semana de Adviento

San Ambrosio, Obispo, Doctor y Padre de la Iglesia. Memoria obligatoria

Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias. Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha." Jesús convocó a sus doce discípulos y les dio el poder de expulsar a los espíritus impuros y de curar cualquier enfermedad o dolencia. A estos Doce, Jesús los envió con las siguientes instrucciones: Vayan, en cambio, a las ovejas perdidas del pueblo de Israel. Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca. Curen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente.

Meditación de Gonzalo Manzano González

"Vayan, en cambio, a las ovejas perdidas"

Jesús parece decirme: La misión no ha cambiado. Miembros de mi Iglesia pueden haber torcido el camino infinidad de veces, los hombres pueden haberme dado la espalda y escupido sobre mi Cruz, el desarrollo de las sociedades puede haber dado pie a las carencias más grandes que hayan existido en la Historia; pero nunca había estado más vigente esta misión. Vayan porque Yo los envío, a conquistar el mundo para el Padre. Conquistar los corazones de los hombres y mujeres que han hecho suya la fe de que no existo, hoy más que nunca, no es tarea fácil, y así y todo, sigo exigiendo de los míos la radicalidad de conquistar corazones.

Esta lectura me golpea mucho. No porque sea un descarriado que no ve a Dios, aunque es verdad que a veces me pierdo bastante, sino porque el llamado de Dios en medio de estos tiempos es a gritos. Tanta violencia, abusos, desidia, rabia, intransigencia y destrucción, sólo me debiera llamar a la radicalidad de los Hijos de Dios, quienes de verdad ponen todo de sí para hacer llegar el mensaje de Amor y Paz a los hombres. Al final del Mes de María y a comienzos del Adviento, sólo gracias llegan del Cielo para ir en búsqueda de los que Dios me ha confiado.

Señor Jesús, qué dura es la misión de ser Apóstol. Y así y todo sigues llenándonos de esperanza y fuerzas para que dejemos de vernos los pies, levantemos la vista y veamos el camino que nos pones por delante. Tengo claro que es un viaje largo y fatigoso, y que en el recorrido me caeré tantas veces más como las que ya he tenido, pero así y todo eres Tú quien me levanta y me devuelve al camino, para no claudicar y avanzar contigo en búsqueda de mis hermanos. Gracias por confiarme tan noble tarea, y por ayudarme a llevarla a cabo, porque sólo simplemente no podría con ella, no soy capaz.

AMÉN

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