Evangelio Sábado 8 de febrero

Sábado 8 de febrero de 2020 | Gonzalo Manzano

8 de FEBRERO del 2020

Evangelio según San Marcos, capítulo 6, 30 – 34

Sábado de la Cuarta Semana del Tiempo Ordinario

Los Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. El les dijo: "Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco". Porque era tanta la gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer. Entonces se fueron solos en la barca a un lugar desierto. Al verlos partir, muchos los reconocieron, y de todas las ciudades acudieron por tierra a aquel lugar y llegaron antes que ellos. Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato.

 

Meditación de Gonzalo Manzano González

"Se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor".

Jesús parece decirme: La fragilidad del ser humano me enternece. En esos momentos donde se nota su hambre de respuestas, su necesidad de cobijo, no puedo más que seguir ofreciéndome para su salvación. Tal como tú ves a tus niños preguntarte cosas, o cuando te buscan para sentirse seguros, Yo vuelvo mi cara a ustedes, me agacho y los abrazo de corazón. No dudes nunca de mi amor, que es inimaginable de grande por ti y por cada uno de los seres humanos.

Claro que sé que quien trabaja tiene derecho a descansar, pero Cristo, sigue optando por nosotros y hace caso omiso de sus propias necesidades y la de sus Apóstoles. Eso es para mi el verdadero Amor de Dios, donde Él se hace pequeño sólo para facilitarnos las respuestas que necesitamos. Cuando estoy perdido, o no encuentro consuelo, Él se me acerca y mis problemas terminan. Él está al acecho de mis necesidades, pero requiere siempre un movimiento de mi voluntad: la decisión de volver  a casa del hijo pródigo.

Señor Jesús, te agradezco por ese Amor sincero y gratuito que me regalas. Me doy cuenta que en verdad no lo merezco, pero a Ti te da lo mismo si es así o no. Tú me regalas tu Amor simplemente porque me amas, y sólo aceptas mis pesares como parte de mi autoeducación. No permitas Señor que yo me aparte de Ti, y oye a tu Madre que intercede por mi. Haz mi corazón semejante al Tuyo, lleno de misericordia, lleno de gratitud por todo lo que me  das. AMÉN.

Comentarios
Nombre:   Procedencia:
Comentario:
Código de seguridad:   captcha
Caracteres restantes: 1000