Evangelio viernes 17 de mayo

Viernes 17 de mayo de 2019 | Alejandra Castelblanco

17 de MAYO del 2019

Evangelio según San Juan 14, 1 - 6

Viernes de la cuarta semana del Tiempo de Pascua

Jesús dijo a sus discípulos: "No se inquieten. Crean en Dios y crean también en mí.
En la Casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, se lo habría dicho a ustedes. Yo voy a prepararles un lugar. Y cuando haya ido y les haya preparado un lugar, volveré otra vez para llevarlos conmigo, a fin de que donde yo esté, estén también ustedes. Ya conocen el camino del lugar adonde voy". Tomás le dijo: "Señor, no sabemos adónde vas. ¿Cómo vamos a conocer el camino?". Jesús le respondió: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí."

Meditación de Alejandra Castelblanco de Prieto

" No se inquieten"

Jesús parece decirnos: inquietarse, salir de la quietud, interrumpir la paz. No quiero que hagan eso sino más bien que busquen y atesoren la paz, la tranquilidad que no es otra cosa, que reconocerse y tener la certeza de saberse querido por el Padre. ¿Qué padre no quiere lo mejor para su hijo? ¿Qué padre no se preocupa de prepararle un lugar acogedor a su hijo para que quiera quedarse a su lado? Pues, con mayor razón el Padre celestial, el Padre bueno, quiere que vivan junto a Él y que sean felices. Los invito a buscar un momento de paz y meditar sobre la tranquilidad y confianza que da el saberse hijo amado del Padre.

La vida pide justo lo contrario a esa invitación: hacer cosas, correr todo el día. Mi cabeza siempre está funcionando, pensando en cómo solucionarlo todo. Me cuesta no inquietarme, quiero tener todas las respuestas, me cuesta confiar en la bondad del Padre. Estoy abrumada con problemas y me cuesta reconocer las señales que Dios me pone en el camino. entonces pienso, ya he hecho todo lo que puedo, ahora me toca confiar. Por eso hoy acojo esta invitación, me daré 20 minutos para poner en calma mi cabeza y meditar la grandeza de saberme hija querida del Padre.

Querido Señor: gracias Señor por tu amor de Padre, por preocuparte de cada detalle. Gracias por poner en mi camino personas que transmiten tu cariño. Hoy quiero hacer propia la frase del padre Kentenich; "Ser hijo de Dios es mucho más que sentir su bondad: el Padre de los cielos nos hace partícipes de su vida, desearíamos sentirnos en Él como en nuestra propia casa ". Sin duda Señor que tu amor es infinito y nos tranquiliza. Gracias por hacernos hijos del Padre, gracias por darnos a la Santísima Virgen María, siempre dispuesta a escucharnos y acogernos en el Santuario.

AMÉN

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