Evangelio viernes 20 de marzo

Jueves 19 de marzo de 2020 | Alejandra Castelblanco de Prieto

20 de MARZO del 2020

Evangelio según San Mateo, capítulo 12, 28b - 34.

Viernes de la Tercera Semana del Tiempo de Cuaresma

Un escriba que los oyó discutir, al ver que les había respondido bien, se acercó y le preguntó: "¿Cuál es el primero de los mandamientos?". Jesús respondió: "El primero es: Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor; y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas. El segundo es: Amarás a tu prójimo como a tí mismo. No hay otro mandamiento más grande que estos". El escriba le dijo: "Muy bien, Maestro, tienes razón al decir que hay un solo Dios y no hay otro más que él, y que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios". Jesús, al ver que había respondido tan acertadamente, le dijo: "Tú no estás lejos del Reino de Dios". Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

Meditación de Alejandra Castelblanco de Prieto

" Jesús respondió:"

Jesús parece decirme: yo también tuve muchas interrogantes cuando me retiré al desierto. Para Mí fue fundamental los 40 días de desierto. Conversar con mi Padre, comprender lo que iba a vivir, con el corazón y la mente. La invitación de hoy es a revisar qué preguntas quieren hacerme. Qué les preocupa, qué sienten respecto de algún tema, cómo hacer una determinada tarea o misión...en fin tantas dudas e interrogantes. Estén tranquilos, yo siempre respondo. Pero es necesario retirarse, estar en silencio, para que conversemos y puedas escucharme con claridad. Te estoy esperando.

Día a día surgen preguntas, algunas fáciles de responder, otras más difíciles. Sin duda que resulta hacer retiro, entrar en el silencio y ponerse en sintonía, sin embargo, la cotidianidad, la contingencia, la velocidad de los hechos, nos empujan a seguir sin parar. Creo que la invitación a preguntar me obliga a formular una buena pregunta y esperar su respuesta, me motiva aún más. Intentaré retirarme una vez al día, cinco minutos y ver si logro escuchar una respuesta.

Querido Señor: gracias Señor por esta sencilla y a la vez profunda invitación. Quieres que te interrogue, que saque a flote las preguntas que mueven mi caminar. Gracias por tu paciencia, por tu espera incondicional a mis interrogantes. No me dejes conformarme con las respuestas que yo doy, haz que me atreva a preguntarte y escuchar con humildad tus respuestas. María preguntó al Ángel con confianza, que yo siga su ejemplo y espere confiada Tu respuesta.

AMÉN

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