Evangelio viernes 26 de noviembre

26 de NOVIEMBRE del 2021

Evangelio según Sn Lucas, capítulo 21, 29 - 33

Viernes de la Trigésima Cuarta Semana del Tiempo Ordinario

Jesús hizo a sus discípulos esta comparación: "Miren lo que sucede con la higuera o con cualquier otro árbol. Cuando comienza a echar brotes, ustedes se dan cuenta de que se acerca el verano. Así también, cuando vean que suceden todas estas cosas, sepan que el Reino de Dios está cerca. Les aseguro que no pasará esta generación hasta que se cumpla todo esto. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán

Meditación de Alejandra Castelblanco de Prieto

"Cuando comienza a echar brotes"

Jesús parece decirnos: la vida está llena de señales, de signos que los ayudan a prevenir y vivir más tranquilos. La invitación es a afinar el oído, a agudizar el ojo, a ablandar el corazón, para descubrir las señales que el Padre les envía y así descubrir el Reino de los cielos. "Los brotes que echa el árbol", hay que aprender a observarlos, no solo en uno mismo sino también en los demás. En ellos, muchas veces, están las respuestas que mi Padre quiere entregarles.
Como también ustedes pueden ser respuesta para muchos.

Me encantan las señales, pedir que se muestre con claridad qué hacer para una determinada situación. Me da confianza, siento que, si sigo las señales, me alivio, lo entrego y confío. Sin embargo, hay señales más sutiles, en uno y en los otros y muchas veces me desentiendo. Veo tristeza en algunos, soledad en otros, y no siempre les muestro la compañía que necesitan. Creo que también corre para uno, cuando me dicen que se preocupan por mí, porque me duele la cabeza o estoy muy cansada, no lo tomo muy bien y tiendo a justificarme. Creo que tengo que cultivar más la humildad, y acoger lo que me dicen con cariño.

Querido Señor: quieres que esté atenta, quieres que me prepare para lo que venga a futuro, quieres que reflexione acerca de lo que vivo... pero así sin más, es difícil hacerlo por eso te agradezco este camino pedagógico que quieres que asuma y que me invitas a conquistar. Gracias por ser tan concreto, tan didáctico y cercano. Gracias por las señales que pones frente a mis ojos y que preparas con cariño y que yo, no siempre estoy abierta a recibirlas. Gracias por tu cercanía de pastor y maestro y por dejarnos a tu Madre que fue una gran lectora de las señales para la construcción del Reino.

AMÉN