Evangelio viernes 30 de julio

Viernes 30 de julio de 2021 | Alejandra Castelblanco

30 de JULIO del 2021

Evangelio según San Mateo, capítulo 13, 54 - 58

Viernes de la Décimo Séptima Semana del Tiempo Ordinario

Al llegar a su pueblo, se puso a enseñar a la gente en la sinagoga, de tal manera que todos estaban maravillados. "¿De dónde le viene, decían, esta sabiduría y ese poder de hacer milagros? ¿No es este el hijo del carpintero? ¿Su madre no es la que llaman María? ¿Y no son hermanos suyos Santiago, José, Simón y Judas? ¿Y acaso no viven entre nosotros todas sus hermanas? ¿De dónde le vendrá todo esto?". Y Jesús era para ellos un motivo de tropiezo. Entonces les dijo: "Un profeta es despreciado solamente en su pueblo y en su familia". Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la falta de fe de esa gente.

Meditación de Alejandra Castelblanco de Prieto

"todos estaban maravillados"

Jesús parece decirme: las caras de las personas mirándome, me llenaron de ternura, era como estar saciando su sed. Estaban llenando sus corazones de esperanza, de un nuevo comienzo, de una liberación, pero no de una opresión exterior, sino de una libertad interior, que es lo que realmente lleva a la plena felicidad. En esos momentos cuando miraba sus caras atentas al mensaje, descubrí lo maravilloso del plan de mi Padre, un plan perfecto que no era solo para ese pueblo, sino para todo el que quiera maravillarse con este camino. ¿Quieres hacerlo?
Como profesora de religión, me toca experimentar el mirar las caritas de los niños cuando descubren algo nuevo de las maravillas del Señor. Me encantan sus preguntas, su interés, sus ganas de saber y experimentar. Me siento muy responsable, porque puedo frustrar algunas convicciones o equivocarme. Cada clase es un desafío y no dejo de pedir al Espíritu Santo, para que me ilumine. Ahora, vengo a entender por qué Dios quiso que esperara casi 20 años en ejercer. Tenía que estar más madura, más consciente de lo que Él me encomendaba y creo que fue el momento adecuado.
Querido Señor: gracias por regalarme la vocación de ser profesora que tanto bien me hace. Gracias por rodearme de niños que me llenan de alegría, ternura, entusiasmo y sencillez de corazón. Te alabo por tus caminos, que no siempre los entiendo, o no tengo la paciencia para aprender a esperar los momentos que Tú elegiste como los más adecuados para mí. Gracias por tu Madre, que fue descubriendo de a poco su rol, tuvo la confianza y entrega que tantas veces necesito para sentirme tranquila y entregada.

AMÉN

Comentarios
Nombre:   Procedencia:
Comentario:
Código de seguridad:   captcha
Caracteres restantes: 1000