Evangelio viernes 5 de junio

Viernes 5 de junio de 2020

5 de JUNIO de 2020

Evangelio según San Marcos, capítulo 12, 35 - 37.

Viernes de la Novena Semana del Tiempo Ordinario

San Bonifacio, Obispo y Mártir. Memoria obligatoria

Jesús se puso a enseñar en el Templo y preguntaba: "¿Cómo pueden decir los escribas que el Mesías es hijo de David? El mismo David ha dicho, movido por el Espíritu Santo: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies.
Si el mismo David lo llama 'Señor', ¿Cómo puede ser hijo suyo?". La multitud escuchaba a Jesús con agrado.

Meditación de nuestro equipo.

"La multitud escuchaba a Jesús con agrado"

Jesús parece decirnos: Yo sentía el agrado de las personas al escucharme. Eso es gratificante porque se sentía el hambre de una vida nueva. La necesidad de un Mesías que los llevaría a la "libertad" Ahora a ustedes también les estoy hablando. Quiero percibir ese agrado de su parte. Quiero que escuchen con atención. Yo les hablo en el Evangelio, pero también a través de las personas, los acontecimientos, los tiempos. Los invito a afinar el oído para que me escuchen y sientan agrado en mis palabras.

Ahora en el encierro he podido escuchar nuevas voces. No solo he escuchado a expertos que dan recomendaciones de cómo sobrellevar mejor este tiempo. También me ha tocado escuchar más a mis hijos, a mi marido. Este tiempo de pandemia, tiendo a compararlo con los tiempos en que otros vivieron la segunda guerra. Sin duda ese tiempo fue más desgarrador, pero también pienso que este momento único en la historia, tiene que hacernos escuchar nuestro interior y hacer crecer el mundo espiritual que es el único que le dará sentido a esta experiencia.

Querido Señor: Gracias por dejarnos tu testimonio. Gracias por haber vivido una vida terrenal que me acerca más a seguir tu camino porque sé que me entiendes mejor. Gracias por tus palabras, tus milagros, tus enseñanzas y, sobre todo, por salvarnos con tu muerte y resurrección. Haz que te escuche con atención y agrado, que pueda descubrir tus palabras en los acontecimientos y en las personas para hacer vida las palabras del Padre Kentenich: "Con la mano en el pulso del tiempo y el oído en el corazón de Dios". Gracias por dejarnos una Madre que nos educa y nos acoge con cariño.

AMÉN

Comentarios
Nombre:   Procedencia:
Comentario:
Código de seguridad:   captcha
Caracteres restantes: 1000