Evangelio viernes 6 de septiembre

Viernes 6 de septiembre de 2019 | Alejandra Castelblanco

6 de SEPTIEMBRE del 2019

Evangelio según San Lucas, capítulo 5, 33 -. 39

Viernes de la Vigésima Segunda Semana del Tiempo Ordinario

En aquel tiempo, los escribas y los fariseos dijeron a Jesús: "Los discípulos de Juan ayunan frecuentemente y hacen oración, lo mismo que los discípulos de los fariseos; en cambio, los tuyos comen y beben". Jesús les contestó: "¿Ustedes pretenden hacer ayunar a los amigos del esposo mientras él está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado; entonces tendrán que ayunar". Les hizo además esta comparación: "Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo para remendar uno viejo, porque se romperá el nuevo, y el pedazo sacado a este no quedará bien en el vestido viejo. Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque hará reventar los odres; entonces el vino se derramará y los odres ya no servirán más. ¡A vino nuevo, odres nuevos! Nadie, después de haber gustado el vino viejo, quiere vino nuevo, porque dice: El añejo es mejor".

Meditación de Alejandra Castelblanco de Prieto

"...entonces tendrán que ayunar"

Jesús parece decirnos: están viviendo tiempos difíciles, tiempos en que les costará ver mi rostro. Por eso hoy les pido el ayuno, el ayuno del consumismo, del placer, el hedonismo...que tanto confunden y sacan al Padre del centro de sus vidas. Ahora si ya ayunan de esto, hagan un ayuno de las malas palabras, de la comodidad, del egoísmo...y si esto ya está superado, ayunen de la flojera, de la falta de perseverancia, de la falta de compromiso...conviértanse, siempre hay algo de lo cual ayunar y ahora es el tiempo de hacerlo para que puedan ver el rostro del Padre, en todo lo que les toque vivir.

¡Ay me falta mucho ayuno! Me cuesta levantarme con alegría, no dejarme llevar por el desánimo. Me cuesta ser amable cuando mis hijos me exigen de su tiempo con urgencia. Me cuesta no criticar a los demás cuando alguien me cae mal...en fin tantos detalles. Pienso en las veces que vienen visitas y uno está más dispuesto, todo funciona mejor, uno no quiere que el invitado se sienta incómodo y se dejan pasar detalles para evitar conflictos inútiles que solo traen momentos desagradables. Uno debiera actuar con esa presencia de un "invitado" permanente que no sea otra persona que Jesús.

Querido Señor: me invitas a ayunar, sé que es necesario. Tengo la necesidad de verte día a día y para eso tengo que ayunar. Dame fuerza para superar esos pequeños detalles que a veces cuestan tanto. Quiero que seas nuestro invitado permanente, tu madre también lo quiere desde el Santuario Hogar. Haz que no nos olvidemos de su presencia, que perseveremos en nuestra tarea de educarnos para así reconocer tu rostro en los demás. Haz que cada ayuno sea el capital de gracias para mantener vivo el Santuario Hogar.

AMÉN

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