Evangelio viernes 8 de enero de 2021

Viernes 8 de enero de 2021 | Alejandra Castelblanco

8 de ENERO del 2021

Evangelio según San Lucas, capítulo 5, 12 - 16

Viernes después de Epifanía del Señor

Una vez, estando Jesús en un pueblo, se presentó un hombre lleno de lepra; al ver a Jesús cayó rostro a tierra y le suplicó: "Señor, si quieres puedes limpiarme." Y Jesús extendió la mano y lo tocó diciendo: "Quiero, queda limpio." Y en seguida le dejó la lepra. Jesús le recomendó que no lo dijera a nadie, y añadió: "Ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés para que les conste." Se hablaba de él cada vez más, y acudía mucha gente a oírle y a que los curara de sus enfermedades. Pero él solía retirarse a despoblado para orar.

Meditación de Alejandra Castelblanco de Prieto

"acudía mucha gente a oírle"

Jesús parece decirnos: la invitación de hoy es a cultivar el sentido del oído. Están preocupados de qué decir, o se evaden mirando series, imágenes o a los demás y cuesta escuchar con tanta distracción. Para escuchar se necesita en primer lugar, elegir aquello que merece ser escuchado. Luego, hacer silencio no solo sin hablar sino también silenciar los pensamientos para recibir con apertura las palabras que el Padre te quiere regalar en este nuevo inicio. Busca ese silencio, Yo te espero.

Últimamente me he dado cuenta que cuando escucho y me propongo no hablar tanto, siento más respeto de los demás. Es como si el prestar atención al otro, le produjera gratitud. Me pasa que cuando alguien habla mucho de sí mismo, me cansa o me produce un rechazo, entonces trato de no hacer eso, de hablar menos y al escuchar, dedicar toda mi atención al otro. Mirarlo, fijándome en sus gestos, en las palabras que usa, en las caras que pone...me gusta hacerlo, siento que la comunicación es mucho más efectiva y el vínculo se estrecha aún más.

Querido Señor: quieroir a Ti, quiero elegirte para oírte, para escucharte con atención. No dejes que me distraiga, no permitas que me escuche solo a mi misma. Haz que me esfuerce en callar más y disponerme a escuchar al otro poniéndole tu rostro. Tú me hablas a través de los demás y no quiero dejarte hablando solo. Tu palabra Señor, es Palabra viva, es decir, siempre actúa, no está sujeta a un tiempo o lugar. Gracias por ese gran regalo y por la posibilidad de acudir a Ti siempre. Dame humildad para reconocer mi pequeñez y mi necesidad de estar a tu lado. ¡Bendito seas Señor por tu presencia ahora y siempre!

AMÉN

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