Evangelio viernes 8 de mayo

Viernes 8 de mayo de 2020 | Alejandra Castelblanco

8 de MAYO del 2020

Evangelio según San Juan, capítulo 14, 1 - 6.

Viernes de la Cuarta Semana de Pascua

"No se inquieten. Crean en Dios y crean también en mí. En la Casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, se lo habría dicho a ustedes. Yo voy a prepararles un lugar. Y cuando haya ido y les haya preparado un lugar, volveré otra vez para llevarlos conmigo, a fin de que donde yo esté, estén también ustedes. Ya conocen el camino del lugar adonde voy". Tomás le dijo: "Señor, no sabemos adónde vas. ¿Cómo vamos a conocer el camino?". Jesús le respondió: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí."

Meditación de Alejandra Castelblanco de Prieto

" No se inquieten"

Jesús parece decirnos: inquietarse, salir de la quietud, interrumpir la paz. Pues bien, yo les digo, no se inquieten, atesoren la paz. Crean que son hijos de Dios y experimentarán la tranquilidad que añoran. ¿Qué padre no quiere lo mejor para su hijo? ¿Qué padre no se preocupa de prepararle un lugar acogedor a su hijo para que quiera quedarse a su lado? Pues, con mayor razón el Padre celestial, el Padre bueno, quiere que vivan junto a Él y que sean felices. Los invito a buscar un momento de paz y meditar sobre la confianza que da el saberse hijo amado del Padre.

La vida pide justo lo contrario a esa invitación: hacer cosas, correr todo el día. La Pandemia me ha permitido frenar, me ha dado tiempo para hacer cosas que no puedo en tiempos normales, hablar más largamente con los hijos en la sobremesa, planear proyectos...es cierto que cuesta vivir el encierro, pero he tratado de buscarle un sentido y he visto con sorpresa y admiración que Dios ha estado presente todo este tiempo. Descubrir esa presencia continua me da paz y me hace estar confiada en el amor del Padre. Ojalá se me note exteriormente transmitiendo alegría.

Querido Señor: Gracias Señor por tu amor de Padre, por preocuparte de cada detalle. Gracias por este tiempo intenso de vida familiar. Hoy quiero hacer propia la frase del padre Kentenich; "Ser hijo de Dios es mucho más que sentir su bondad: el Padre de los cielos nos hace partícipes de su vida, desearíamos sentirnos en Él como en nuestra propia casa ". Sin duda Señor que tu amor es infinito y nos tranquiliza. Gracias por hacernos hijos del Padre, gracias por darnos a la Santísima Virgen María, siempre dispuesta a escucharnos y acogernos en el Santuario.

AMÉN

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