Interpretar los tiempos de hoy

En el presente artículo me propongo revisar, críticamente, la propuesta del Padre Kentenich en torno al tema de cómo o qué instrumentos utilizar para interpretar los tiempos de hoy. En esta ocasión me centraré en el Capítulo 41, páginas 201-208, del libro "Kentenich Reader", Tomo 2, varios autores, publicado por la Editorial Nueva Patris el presente año. Desde luego, si para interpretar los tiempos de hoy consideramos aquella perspectiva consistente en "mirar en lo profundo del alma de quiénes nos fueron confiados", en principio y por regla general, a mi juicio, se tratará de un medio preferentemente sacerdotal. Respetable, admirable, pero casi exclusivamente sacerdotal. Esto es, de quienes por vocación han dedicado toda su vida solamente al servicio del Señor, la Iglesia y la salvación de las personas. De quienes pueden celebrar y conferir el sacramento de la confesión y tienen la vocación y don de la dirección espiritual de otros y por ende pueden, están en condiciones, de mirar en lo profundo de las almas de quienes se han confiado a ellos y les han sido confiados. En el caso de nosotros laicos, ello será posible, creo, propiamente, para el círculo más cercano nuestro, los cónyuges, hijos e hijas, por ejemplo, en que puede aplicarse aquello de mirar en lo profundo de las almas... (Para leer el artículo completo pinche la imagen, el título o leer más)

| Patricio Chaparro (Chile) Patricio Chaparro (Chile)

En el presente artículo me propongo revisar, críticamente, la propuesta del Padre Kentenich en torno al tema de cómo o qué instrumentos utilizar para interpretar los tiempos de hoy. En esta ocasión me centraré en el Capítulo 41, páginas 201-208, del libro "Kentenich Reader", Tomo 2, varios autores, publicado por la Editorial Nueva Patris el presente año.

Desde luego, si para interpretar los tiempos de hoy consideramos aquella perspectiva consistente en "mirar en lo profundo del alma de quiénes nos fueron confiados", en principio y por regla general, a mi juicio, se tratará de un medio preferentemente sacerdotal. Respetable, admirable, pero casi exclusivamente sacerdotal. Esto es, de quienes por vocación han dedicado toda su vida solamente al servicio del Señor, la Iglesia y la salvación de las personas. De quienes pueden celebrar y conferir el sacramento de la confesión y tienen la vocación y don de la dirección espiritual de otros y por ende pueden, están en condiciones, de mirar en lo profundo de las almas de quienes se han confiado a ellos y les han sido confiados.

En el caso de nosotros laicos, ello será posible, creo, propiamente, para el círculo más cercano nuestro, los cónyuges, hijos e hijas, por ejemplo, en que puede aplicarse aquello de mirar en lo profundo de las almas...

De otro lado, desde un punto de vista societal, no personal-individual, me parece difícil pasar desde las almas individuales a la sociedad como un todo, en dónde también se manifiesta la voluntad de Dios; en otras palabras, pasar de la psicología individual a la psicología social.

Considero, aunque es difícil por la magnitud de la tarea, que se puede intentar mirar en "lo profundo de las corrientes ideológicas de los tiempos". Al menos lo he intentado, con limitaciones por cierto, en dos artículos anteriores publicados en SchVivo, sobre el nuevo y salvaje mundo y cultura que está emergiendo en nuestro tiempo desde las dos o tres últimas décadas del Siglo XX y en nuestro Siglo XXI. Lo he hecho analizando tanto los aspectos negativos como positivos. Considero en todo caso que, por su envergadura, esta es una tarea multi e interdisciplinaria que debiera ser abordada en las Universidades, especialmente en las católicas.

Me parece que auscultar lo que ocurre actualmente constituye una tarea particularmente difícil e intrincada porque hoy no existen prácticamente corrientes ideológicas en lucha sino un cambio cultural profundo, copernicano, global, orientado por una sola visión ideológica y mentalidad, la del mercado y la democracia política. Esta orientación global es la que hay que discernir, tanto en sus aspectos negativos como positivos. A mi me parece que el Papa Benedicto XVI en su Carta Encíclica "Caritas in veritate", del año 2009, ha hecho un aporte notable para ese discernimiento.

Por otra parte, una clave central que debemos tener en cuenta es aquello que el Padre Kentenich denominaba "mentalidad mecanicista", aproximación que habría que examinar atentamente y renovar para nuestro tiempo y circunstancia.

En tal sentido me pregunto ¿qué es la "mentalidad"? A mi me parece que ello apunta a algo que no es propiamente una ideología sino una aproximación más bien emocional, de los sentidos y sentimientos básicos, sin tanta reflexión racional o intelectual. Una especie de batería de actitudes y conductas internalizadas entre amplios segmentos de la población, que habría que describir más atenta y certeramente, tales como el economicismo; la tendencia a las imágenes más que a la palabra, sea oral o escrita; el escepticismo; el sexualismo; el rechazo a la existencia de Dios y a la religión; por ejemplo.

De otro lado me pregunto ¿qué es "mecanicista"? Al respecto me parece que sigue vigente lo que el P. Kentenich percibió como la incapacidad del hombre moderno para vivir orgánicamente, unificadamente, aquello que por su esencia está unido. Pienso que esa incapacidad se expresa hoy en la separación entre el corazón y la inteligencia; la fe y la razón; el sexo y el amor; las emociones y la racionalidad; el poder y la autoridad; la fe y la vida; el orden natural y el orden sobrenatural, por ejemplo.

En general, considero que el P. Kentenich ponía en estas materias un énfasis especial en la psicología, aunque no sé si tenía formación académico-científica en esa disciplina -me parece que no. En todo caso, debe haber conocido -en el sentido de leído- a los grandes de su época en esta materia: Freud, Jung, Fromm, por ejemplo.

El P. Kentenich plantea que por medio del auto examen profundo de la propia vida en la meditación podemos gustar de las misericordias de Dios y nuestras miserias personales y discernir así su voluntad. No soy psicólogo y me parece que respecto de esta aproximación existe un rol especial para quienes en Schoenstatt tienen formación en esa compleja área, que entiendo ha experimentado cambios y avances enormes desde los tiempos del P. Kentenich.

Otra forma que sugiere el P. Kentenich es la detección de frases en que resplandece, según él, la voluntad de Dios. No estoy tan cierto de ello. Puede ser, pero se requiere, para así expresarlo, de un radar especial para poner en funcionamiento tal aproximación, una especie de sexto sentido, de intuición aguda, un don que no es simple y fácil de tener.

Aún otra pista: el P. Kentenich plantea la lectura de novelas actuales, películas, la televisión. Sin embargo, tiende al parecer –al menos en el texto en comento- a no interesarse demasiado en tales fuentes. Por mi parte, me incluyo entre quienes perciben en la literatura y el cine de nuestra época una rica fuente de información e interpretación de qué está pasando en las personas y en la sociedad pos-moderna.

Agrego que los medios modernos de comunicación, las llamadas redes sociales, tales como Internet, Facebook, Twitter, que el P. Kentenich no alcanzó a conocer, constituyen una excelente fuente para interpretar los tiempos de hoy.

A mi me parece que tales medios masivos de comunicación, esa especie de red de posibles vínculos globales, de haberlos conocido, el P. Kentenich habría percibido el enorme potencial que tienen para el conocimiento de la voluntad de Dios en cuanto ella también se expresa a través de tales redes.

Patricio Chaparro N. (Chile)
30.07.2011
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