LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE BARACK

LAIMPORTANCIA DE LLAMARSE BARACK Un análisis crítico al supuesto “progresismo” de Barack Obama y de la falta de información y compromiso del ciudadano común en las causas morales que verdaderamente importan.

| Pablo Crevillen Pablo Crevillen

Un análisis crítico al supuesto “progresismo” de Barack Obama y de la falta de información y compromiso del ciudadano común en las causas morales que verdaderamente importan.

Érase una vez un presidente de los Estados Unidos de América, bajo cuyo mandato la Hacienda Pública había realizado una investigación fiscal exhaustiva a entidades y empresas relacionadas con un grupo opositor, que enviaba aviones no tripulados a bombardear objetivos, que mantenía abierta una prisión fuera de su territorio en donde se violaban los derechos humanos de los detenidos,que no interveníaen países como Siria,en la que se producen matanzas porque allí no hay petróleo,que ordenó el espionaje de las comunicaciones electrónicas de países aliados y de ciudadanos,indiscriminadamente, que ordenó perseguir al espía que destapó esa red de espionaje, llegando al extremo de presionar a diversos países europeos para que no dejaran hacer escala al avión del Presidente de Bolivia por la sospecha de que en el mismo pudiera volar dicho espía…

Si a alguien que hubiera estado una temporada viviendo en lo más profundo del desierto de Sáhara sin comunicaciones por satélite se le contara lo dicho en el párrafo anterior, se imaginaría que ha habido protestas en todo el mundo ante las embajadas de Estados Unidos, con quema de banderas de ese país, ruptura de relaciones diplomáticas, exigencia de que se lleve al Presidente ante el Tribunal Internacional de La Haya, columnas incendiarias de opinión en los periódicos denunciando la prepotencia yanqui… Pero a nuestro ermitaño del desierto habría que decirle que en realidad no ha pasado nada. Y es que el presidente en ejercicio no es George Bush, sino Barack Obama. Con eso no quiero reivindicar al primero, cuya presidencia es, sin duda, la peor que recuerdo en mis casi cincuenta años de vida. Otros muy malos, como Carter, dejaron al menos algo positivo, como los Acuerdos de Camp David entre Israel y Egipto. De Bush se recordará el inicio de una guerra basadaen una mentira y su responsabilidad (no exclusiva,porque no inició la política irresponsable sobre la materia, ni tenía todos los medios para evitarla) en la crisis financiera que padecemos.

No, no se trata de hacer bueno a Bush, simplemente, pretendo poner de relieve la diferencia de trato, frente a unos hechos muy semejantes.Al final no juzgamos las conductas objetivamente, sino en función de quién las realiza y si éste ha recibido la etiqueta de“progresista”, entoncesel juicio es siempre benévolo. Y Barack Obamaesprogresista.

Ese mismo habitante del desierto al que antes nos referíamos, sin duda muy mal informado, pensaría entonces que Obama ha venido desarrollando una decidida política de erradicación del hambre en el mundo, destinado cantidades enormes de su presupuesto para ello; o al menos delucha contraanalfabetismo o de enfermedades fácilmente prevenibles con una vacuna. O que ha patrocinado conferencias de paz para acabar con los conflictos armados del mundo. Pero, nuevamente, nuestro mal informado amigo se equivoca. Obama no ha hecho nada parecido a eso. Su bien ganada fama de progresista se basa, fundamentalmente,en el decidido apoyo a la causa del matrimonio homosexual y al aborto.En abril de este año el Presidente intervino en una reunión de Planned Parenthood (una de las organizaciones que más abortos practica del mundo),y después de resaltar el gran servicio que presta a las mujeres,terminó diciendo “gracias, Dios os bendiga”.

Se puede consultar la intervención en la web de la Casa Blanca

http://www.whitehouse.gov/the-press-office/2013/04/26/remarks-president-planned-parenthood-conference.

No tengo más fuente que ésta, con lo que no puedo decir que sea cierto, pero segúnSunlight Foundation,una organización sin ánimo de lucro y no partidista que investiga los gastos políticos,Planned Parenthood habría gastado 4 millones de dólares en la campaña presidencial de 2008 y 15 en el apoyo a la reelección.

En fin, que si piensa hacer algo inmoral, blíndese antes. Abrace las causas correctas. Ya sabe, para el mundo desarrollado, la autonomía personal sin límites. Para el mundo en desarrollo que sus habitantes, por su propio bien, por supuesto, dejen de reproducirse.Así, nadie discutirá su progresismo.

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