Padre Nuestro que estás en la Tierra

La autora reflexiona sobre la paternidad natural, la paternidad sacerdotal y la paternidad espiritual. Invita a revisar la responsabilidad de los laicos con sus padres espirituales.

Sábado 18 de junio de 2016 | María Ximena O'Ryan

PADRE NUESTRO QUE ESTAS EN LA TIERRA

María Ximena O’Ryan

Desde hace muchos días, me están llegando, por diversos medios, múltiples promociones para celebrar el día del Padre. Regalos, ofertas, restoranes, paseos y muchas ideas para convertir este día en algo muy especial. También los cementerios con una creatividad inusitada nos proponen alternativas para recordar a los papás que, como dicen algunas personas sabias, SE NOS HAN ADELANTADO.

Quisiera proponer una pregunta: ¿Cuántos de nosotros incluiremos en la preparación y celebración del Día del Padre a algún sacerdote a quién llamamos PADRE?

Hace 21 años el Padre Jaime Ochagavía, sacerdote de la Fraternidad de Padres de Schoenstatt, con ocasión de celebrar sus 25 años de sacerdocio tomó la iniciativa de convocar a 25 personas que habían sido significativas en su historia sacerdotal. A este “círculo”, como lo hemos llamado, concurrieron señoras, profesionales, matrimonios de Santiago y regiones, y también personas de iglesia no vinculadas con el movimiento de Schoenstatt.

La pregunta que surge es ¿para qué nos convocó?

Mirando retrospectivamente el Padre Jaime nos contaba que él no tenía un propósito claro al momento de hacer aquella invitación. Sin embargo fuimos construyendo un espacio de encuentro entre personas de diferentes edades, militancia, profesiones, proyectos de vida, en torno a la persona de UN PADRE, simplemente un espacio para hacer familia.

Mirando a nuestro Chile y al mundo de hoy me pregunto:

¿Tenemos espacios de conversación e intercambio sin agenda, donde podamos compartir simplemente lo que nos pasa?

¿Nos dejamos  tiempo para auscultar lo que los hechos y situaciones nos hablan a cada uno para no ser simples repetidores de consignas de diarios e informativos televisivos?

¿Tenemos lugares dónde con respeto y escucha activa podamos entender genuinamente la mirada de otros sin necesidad de estar a la defensiva?

Quisiera compartirles que en nuestro “círculo fraterno” todo esto lo hemos vivido en torno a nuestro querido Padre Jaime Ochagavía.

Pero hay más. Uno de los regalos más grandes que hemos recibido quienes pertenecemos a este círculo fraterno, es tener la experiencia profunda de un Padre, es decir vivir la filialidad natural para experimentar la filialidad sobrenatural.

Finalmente, este Círculo también ha sido un regalo para nuestro Padre Jaime ya que él  también ha experimentado el cariño e incondicionalidad de un puñado de sus hijos regalones, especialmente en este tiempo donde los años y la salud no le permiten entregarse como él quisiera a la familia de Schoenstatt , Alma de su Alma.

Para terminar quisiera proponerles algunos desafíos:

  • ¿Incluirán en la celebración de este domingo, día del padre, a algún sacerdote?
  • ¿Invitarán a algún Padre a almorzar o a comer al menos una vez al mes a su casa?
  • ¿Acompañarán a algún sacerdote que lo necesita, en su visita al médico, al dentista, y apoyarán su financiamiento?
  • ¿Lo invitarán al cine o a una obra de teatro como un espacio de legítimo descanso?
  • ¿Le regalarán un libro o le ayudaran a financiar algún hobby?
  • ¿Le permitirán unos días de vacaciones en algún lugar donde pueda reponer sus fuerzas?

Estas son algunas ideas para celebrar el DIA DEL PADRE todos los días del año con nuestros sacerdotes que nos regalan su vida al servicio de cada uno de nosotros y de nuestras familias.

María Ximena O’Ryan

18 de Junio de 2016

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