Pascua de Mi Madre: Gratitud y Herencia

El padre Guillermo Cassone comunica la muerte de su madre, ocurrida hace un mes, y realiza algunas breves reflexiones acerca de lo que ella le entregó.

| Padre Guillermo Mario Cassone Padre Guillermo Mario Cassone

En la madrugada del 10 de noviembre falleció mi madre a los 97 años. Su nombre es OTILIA ROSA LA FROSSIA DE CASSONE. En mi nombre y en el de mi familia, agradezco a tantos que nos acompañaron de modo diverso pero con un mismo afecto.

Vivió una vida plena, en todo sentido. Dió mucho amor a muchas personas,y a nosotros nos enseñó con el ejemplo cómo se ama. Con mi padre, ITALO CELESTINO CASSONE, compartieron más de 62 años de casados hasta que él murió hace precisamente 9 años.

Tuvieron 6 hijos, de los cuales Roberto y Rosita fallecieron hace más de 50 años, y hoy vivimos Carlos,Adela,Cecilia y yo. Su mayor dedicación fue siempre la familia y su gozo, verla crecer.

Nos enseñó la FE, siendo ella una mujer de una fe madura, probada y practicada. La oración era lo habitual en su vida diaria y la Misa del domingo era lo que le daba fuerzas para toda la semana. Tenía una confianza profunda en la Providencia del Padre, un amor apasionado a Jesús Eucaristía y siempre invocaba al Espíritu Santo en todo.

Desde chica vivió una profunda piedad mariana, consagrándose a la Virgen y tomándola como su modelo de vida.

Nos mostró una ESPERANZA a toda prueba, aún en los momentos de dolor, mirando siempre al futuro y construyéndolo en el presente con una buena mezcla de realismo y optimismo. Siempre con ganas de vivir y hacer, luchando con sus limitaciones de salud pero sin rendirse.

Sobre todo, puso en práctica el AMOR con hechos, tan naturales que uno ni se daba cuenta. Nos parecía evidente que ella siempre estaba disponible para todo y para todos, haciéndose el tiempo para ayudar a cada uno de los de su familia y de cuantos encontraba en su camino, sin hacer distinción de personas. Siendo prudente y audaz, era capaz de inventar cualquier cosa para solidarizarse con los que le pedían ayuda, aunque tan sólo pudiera escuchar y consolar.

No es el momento de hacer su biografía, sino tan sólo de dar este breve testimonio surgido de un corazón agradecido de hijo.

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