Tener un hijo con espina bífida (Segunda Parte)

    A pesar de su corta edad, Luis Felipe Font ha estado sometido a sufrimientos, presiones e incertidumbres que, para la mayoría de los niños, son completamente ajenas. Sufrir de espina bífida le ha granjeado un sinnúmero de intervenciones quirúrgicas y tratamientos donde el riesgo y el dolor son los principales protagonistas. En este camino de autosuperación, Schoenstatt ha sido su gran apoyo. Gracias a su temprana fe ha podido transformar el miedo en capital de gracias y sentir alivio al poner su destino en manos de la Virgen. Así ha logrado llevar adelante una vida infantil feliz, con partidos de fútbol, muchos amigos y una enorme esperanza en lo que está por venir.

Martes 11 de mayo de 2010 | Luis Felipe Font

A pesar de su corta edad, Luis Felipe Font ha estado sometido a sufrimientos, presiones e incertidumbres que, para la mayoría de los niños, son completamente ajenas. Sufrir de espina bífida le ha granjeado un sinnúmero de intervenciones quirúrgicas y tratamientos donde el riesgo y el dolor son los principales protagonistas. En este camino de autosuperación, Schoenstatt ha sido su gran apoyo. Gracias a su temprana fe ha podido transformar el miedo en capital de gracias y sentir alivio al poner su destino en manos de la Virgen. Así ha logrado llevar adelante una vida infantil feliz, con partidos de fútbol, muchos amigos y una enorme esperanza en lo que está por venir.

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