30 testimonios

Testimonios sobre el Padre José Kentenich

Personas que conocieron directamente al P. Kentenich (1885-1968), cuentan su experiencia con quien fue para ellos padre y profeta de nuestro tiempo; quien amó fielmente a la iglesia durante sus 58 años de vida sacerdotal.

P. Esteban Uriburu

Este libro incluye los testimonios de las siguientes personas: P. Francis A. Cegielka - P. Esteban J. Uriburu - Monseñor Adolfo Tortolo - Alejandro Foxley Rioseco - Beatrice Avalos Davidson - Ernesto Livacic G. - P. Alberto Eronti - P. Jaime Ochagavia - Dominga González - Richard Fenelon - Mary Fenelon - Imagen foto_00000001Jesús María Pagan -P. Christian Christensen - P. Benjamín Pereira - Rodolfo Villalón - Alfredo y Odette Vallendor - Fernando Bobenrieth - Pedro V. Santos - Bárbara Kast Rist ( † ) - María Kleinmeyer - Víctor Alamos - Olga Rist de Kast - Miguel Kast Rist - P. Clemente María Hernández - Cedric Moller - María Teresa Rivas de Moller - P. Augusto Ziegler ( † ) - P. Hernán Alessandri - Mons. Bernardino Piñera - P. Claudio Giménez - El último adiós al Padre

El Padre Kentenich ejerció su ministerio en forma ininterrumpida a lo largo de 58 años. La gran tarea —y pasión— de su vida fue el hombre nuevo en la nueva comunidad, el echar las bases de un nuevo orden social en el mundo entero. No contento con un diagnóstico certero de la crisis actual, supo poner audazmente manos a la obra, dando en pequeña escala una respuesta global a los problemas del presente. Educador carismático, su sistema no fue elabora¬do en abstracto o desde la tranquilidad de un es¬critorio. Por el contrario, se fue haciendo en el contacto diario con los hombres y la vida, en medio de continuas dificultades y luchas. En una época que viera el cambio más inaudito de la historia. Durante los años de su sacerdocio (1910 1968) estallaron la primera y segunda guerras mundiales, la revolución rusa y la revolución china. El avance en lo científico y técnico fue impresionante. Le tocó vivir en tiempos de grandes papas como S. Pio X, Pio XI, Pio XII, Juan XXIII y Pablo VI. Estuvo en Roma en la última sesión del Concilio Vaticano II. Supo de las penurias del campo de concentración en Dachau. Con visión profética comprendió el fondo del gran proceso histórico contemporáneo, cuando escribía, prisionero en la cárcel de Coblenza (Alemania) en 1941: "En el horizonte se van perfilando, lentamente, las grandes líneas estructurales de un nuevo orden en el mundo: un mundo antiguo está en llamas ... ... "