Evangelio domingo 15 de agosto

Domingo 15 de agosto de 2021 | Juan Enrique Coeymans

15 de AGOSTO del 2021

Evangelio según San Lucas capítulo 1, 39 - 56.

Solemnidad de la Asunción de la Stma Virgen María a los cielos

María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: "¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor". María dijo entonces: "Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador, porque él miró con bondad la pequeñez de tu servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán feliz". Porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es santo!
Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen.
Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón. Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías. Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia,
como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre". María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa.

Meditación de Juan Enrique Coeymans Avaria

"Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador"

El Señor pareciera decirnos: el corazón de mi Madre y madre de Uds. redimidos por mi sangre, es un corazón agradecido. Así como ella, quisiera verlos a Uds.: cantando día a día las maravillas que el Padre ha hecho con sus vidas. Es cierto que Uds. son débiles y han pecado muchas veces, pero mayor es la misericordia que tenemos en la Trinidad por Uds. cuando con humildad se arrepienten de sus caídas. Toda la vida de mis hijos es una vida de bendiciones inmensas.

El llenarme de escrúpulos y de miedo a la condenación, es falta de confianza en el corazón misericordiosa del Padre. Si se cree en el amor clemente de Dios, no debería asumir con temor el juicio de Dios. La misericordia que se tuvo con el buen ladrón junto a la cruz también lo tendrá conmigo. El Magnificat es una invitación permanente a confiar en el Dios vivo y verdadero, el Dios de María, de las misericordias, que solo observa nuestro corazón.

Señor Jesús, Dios y hombre. Te alabo y bendigo, porque en mi vida me has regalado gracias inmensas, que debo agradecerte todos los días, al igual que lo hizo y lo hace María, y llenar mi corazón de gratitud. Te bendigo y me inclino ante Ti, Señor que no te fijas en nuestros pecados, sino en el corazón deseoso de estar en tu cercanía, y al igual que al hijo pródigo, estas oteando el horizonte emocionado para verlo de regreso de casa y festejar su vuelta.

AMÉN

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