Evangelio domingo 17 de enero

Domingo 17 de enero de 2021 | Juan Enrique Coeymans

17 de ENERO de 2021

Evangelio según San Juan, capítulo 1, 35 - 42

Segundo Domingo del Tiempo Ordinario

Al día siguiente, estaba Juan otra vez allí con dos de sus discípulos y, mirando a Jesús que pasaba, dijo: "Este es el Cordero de Dios". Los dos discípulos, al oírlo hablar así, siguieron a Jesús. Él se dio vuelta y, viendo que lo seguían, les preguntó: "¿Qué quieren?". Ellos le respondieron: "Rabbí -que traducido significa Maestro- ¿dónde vives?". "Vengan y lo verán", les dijo. Fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él ese día. Era alrededor de las cuatro de la tarde. Uno de los dos que oyeron las palabras de Juan y siguieron a Jesús era Andrés, el hermano de Simón Pedro. Al primero que encontró fue a su propio hermano Simón, y le dijo: "Hemos encontrado al Mesías", que traducido significa Cristo. Entonces lo llevó a donde estaba Jesús. Jesús lo miró y le dijo: "Tú eres Simón, el hijo de Juan: tú te llamarás Cefas", que traducido significa Pedro.

Meditación de Juan Enrique Coeymans Avaria

¿dónde vives?". "Vengan y lo verán"

Pareciera que Jesús nos dice: encontrarse conmigo no es el encuentro con un sabio, con una persona interesante, sino con alguien con quien se vive una experiencia de vida, de intimidad. Uds. tienden a verme como idea, cuando el encuentro conmigo es el encuentro con una persona, con alguien con quien se vive, y se comparte. Por eso la fe de Uds. mis discípulos no es una fe intelectual, aunque tenga racionalidad, sino la de una experiencia personal de ser querido por Dios, ya que soy Dios y hombre.

¿Por qué los posibles discípulos le preguntaron a Jesús donde vivía? No fue ¿qué piensas, ¿cuál es tu doctrina, o que haces? Siempre me ha extrañado esa pregunta, pero quizás el Espíritu Santo les insinuó misteriosamente esa pregunta para que tuvieran la experiencia de compartir con sencillez con Jesús. Yo a veces me complico, intelectualizo mucho, y me olvido que lo único que importa al final es saberse querido por Jesús, y anhelar siempre estar cerca suyo, donde Él vive y compartir con sencillez una vida de unión con El.

Señor Jesús, me inclino ante Ti, Dios y hombre verdadero, y te pido una sola cosa: que nunca me canse de anhelar estar cerca tuyo, porque eso es lo que a Ti te emociona, porque con tu amor infinito por cada creatura, quieres estar cerca nuestro. El amor es una fuerza esencialmente unitiva nos decían cuando éramos jóvenes, y esa es una inmensa verdad. Tú quieres siempre estar en nuestra cercanía. Jesús, quiero estar cerca de Ti, ahora en mi vida en la tierra, y luego en el cielo.

AMÉN

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