Evangelio domingo 21 de abril

21 de ABRIL del 2019

Evangelio según San Juan, capítulo 20, 1 - 9

Domingo de Pascua de Resurrección

Solemnidad con Octava

El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada. Corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto". Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro.
Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más rápidamente que Pedro y llegó antes. Asomándose al sepulcro, vio las vendas en el suelo, aunque no entró. Después llegó Simón Pedro, que lo seguía, y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo, y también el sudario que había cubierto su cabeza; este no estaba con las vendas, sino enrollado en un lugar aparte. Luego entró el otro discípulo, que había llegado antes al sepulcro: él también vio y creyó. Todavía no habían comprendido que, según la Escritura, él debía resucitar de entre los muertos.

Meditación de Juan Enrique Coeymans Avaria

Asomándose al sepulcro, vio las vendas en el suelo, aunque no entró

Los detalles de esta escena, tienen más significación que una descripción anecdótica de mi resurrección. En primer lugar, la primera testigo según el evangelio es una mujer. Y eso no era para asegurar la verdad de la resurrección, pero si para mostrar que todos mis discípulos son testigos, no solo los hombres. Y lo segundo, Juan que llegó primero esperó a que llegara Pedro para que este entrara primero, mostrando el respeto y preeminencia que Pedro tenía entre los apóstoles. Todos iguales, pero hay un apóstol, que es primero que los otros, y que es Pedro a través de los siglos.

En nuestros tiempos se ha dado, debido a los escándalos de figuras sacerdotales, una cierta rebelión laical, poco menos que dejando a un lado a los sacerdotes y Obispo. Es cierto, la Iglesia no es la Jerarquía, pero sin Jerarquía no hay Iglesia, que por cierto la formamos todos. Los Pastores son servidores para nosotros, pero cristianos con nosotros como dice San Agustín. Y en mi vida no debo olvidar que estos bamboleos de un lado para otro, no son de Dios, sino una tentación diabólica para destruir la Iglesia.

Señor, que moriste y resucitaste por nosotros, y nos abriste las puertas del cielo y la filialidad ante el Padre, te pido por la Iglesia, por los pastores y por nosotros miembros laicos de ella. Te pido que nos des la gracia de sabernos todos constructores de ella, todos llamados y tratando de ser santos, y todos corresponsables, cada uno en su área, del crecimiento y cuidado del Reino. Señor, Jesús, que humildemente como María, la santa laica más grande de la historia, en silencio y oración la construyamos.

AMÉN