Evangelio domingo 24 de julio

Domingo 24 de julio de 2022 | Juan Enrique Coeymans

24 DE JULIO DEL 2022

Evangelio según San Lucas capítulo 11, 1 - 13

Décimo Séptimo Domingo del Tiempo Ordinario

Un día, Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: "Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos". El les dijo entonces: "Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino; danos cada día nuestro pan cotidiano; perdona nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a aquellos que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación". Jesús agregó: "Supongamos que alguno de ustedes tiene un amigo y recurre a él a medianoche, para decirle: 'Amigo, préstame tres panes, porque uno de mis amigos llegó de viaje y no tengo nada que ofrecerle',
y desde adentro él le responde: 'No me fastidies; ahora la puerta está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme para dártelos'. Yo les aseguro que aunque él no se levante para dárselos por ser su amigo, se levantará al menos a causa de su insistencia y le dará todo lo necesario. También les aseguro: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá. Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre. ¿Hay entre ustedes algún padre que da a su hijo una piedra cuando le pide pan? ¿Y si le pide un pescado, le dará en su lugar una serpiente? ¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan!".

Meditación de Juan Enrique Coeymans Avaria

¡Cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan!".

Pareciera que el Señor Jesús nos dice: este es el evangelio del Padre nuestro , en el cual les enseñé a mis discípulos a orar porque ellos me lo pidieron. De verdad es una escena fundamental, pero pasa desapercibida la escena final que también es relevante para la vida del cristiano: la fuerza de la petición del Espíritu Santo. Les he dicho a Uds. que el Padre no les puede negar el Espíritu Santo cuando lo imploren. Y no recuerdan esa promesa que los hace invencibles. Por eso, imploren siempre lo que no les podemos negar nunca.

Es increíble lo torpe que somos los cristianos que no aprovechamos esa debilidad de Dios: el pedir el Espíritu Santo conmueve al Padre y a Jesús, y los conmueve, porque pedir el Espíritu Santo es pedir el amor, y eso es lo más importante en la vida nuestra. No es un talismán, o una promesa básica sino que está unida a lo básico de nuestra fe: amar a Dios y al prójimo. Pedimos el Espíritu Santo para estar llenos de amor en todo lo que hagamos, además con la seguridad que nos regalarán ese don de amor infinito que es el Espíritu

Señor Jesús, te adoro de todo corazón, me inclino ante Ti, y te agradezco por la locura de amor que es la Trinidad, de la cual el Espíritu es el amor tuyo con el Padre. Te pido perdón por las veces en que me he olvidado como tantos cristianos de pedir por lo más importante y necesario, no para solucionar problemas, sino para introducirnos como niños pequeños misteriosamente, en la vida Trinitaria, en nuestras vidas, por eso Señor, envía tu Espíritu con el Padre a nuestra vida cotidiana.

AMÉN

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