Evangelio domingo 27 de marzo

Domingo 27 de marzo de 2022 | Juan Enrique Coeymans

27 de MARZO DEL 2022

Evangelio según San Lucas capítulo 1, 3. 11 – 32

Domingo Cuarto del Tiempo de Cuaresma

Todos los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharlo. Los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: "Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos". Jesús les dijo entonces esta parábola: Jesús dijo también: "Un hombre tenía dos hijos. El menor de ellos dijo a su padre: 'Padre, dame la parte de herencia que me corresponde'. Y el padre les repartió sus bienes. Pocos días después, el hijo menor recogió todo lo que tenía y se fue a un país lejano, donde malgastó sus bienes en una vida licenciosa. Ya había gastado todo, cuando sobrevino mucha miseria en aquel país, y comenzó a sufrir privaciones. Entonces se puso al servicio de uno de los habitantes de esa región, que lo envió a su campo para cuidar cerdos. El hubiera deseado calmar su hambre con las bellotas que comían los cerdos, pero nadie se las daba. Entonces recapacitó y dijo: '¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, y yo estoy aquí muriéndome de hambre! Ahora mismo iré a la casa de mi padre y le diré: Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros'. Entonces partió y volvió a la casa de su padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió profundamente; corrió a su encuentro, lo abrazó y lo besó. El joven le dijo: 'Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; no merezco ser llamado hijo tuyo'. Pero el padre dijo a sus servidores: 'Traigan en seguida la mejor ropa y vístanlo, pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies. Traigan el ternero engordado y mátenlo. Comamos y festejemos, porque mi hijo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y fue encontrado'. Y comenzó la fiesta. El hijo mayor estaba en el campo. Al volver, ya cerca de la casa, oyó la música y los coros que acompañaban la danza. Y llamando a uno de los sirvientes, le preguntó que significaba eso. El le respondió: 'Tu hermano ha regresado, y tu padre hizo matar el ternero engordado, porque lo ha recobrado sano y salvo'. El se enojó y no quiso entrar. Su padre salió para rogarle que entrara, pero él le respondió: 'Hace tantos años que te sirvo sin haber desobedecido jamás ni una sola de tus órdenes, y nunca me diste un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos. ¡Y ahora que ese hijo tuyo ha vuelto, después de haber gastado tus bienes con mujeres, haces matar para él el ternero engordado!'. Pero el padre le dijo: 'Hijo mío, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo. Es justo que haya fiesta y alegría, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado'".

Meditación de Juan Enrique Coeymans Avaria

Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió profundamente

Pareciera que Jesús nos dice: esta parábola que les conté a mis discípulos fue para que entendieran como es mi Padre. El que en la Parábola el padre lo mirara desde lejos, es señal que siempre lo esperaba y quería que el hijo volviera a casa. Ahí está el misterio de la paternidad del Padre, porque es puro amor, y el amor es una fuerza esencialmente unitiva: el que ama quiere estar cerca del amado, el Padre quiere estar cerca de Uds. siempre, por eso aunque hayan huido de casa por el pecado, vuelvan a El siempre porque estará con los brazos abiertos esperándolos.

De todas las parábolas probablemente esta es una de las más queridas por mí, porque me representa: cuantas veces he sido hijo pródigo, y cuantas más el Padre me ha mostrado su misericordia y cariño. Es la parábola para reconocer en la vida diaria que Dios es amor
Y que todo lo que debemos hacer es reconocer en todo momento, que Él nos ama infinitamente, que no le importa nuestra pequeñez y que nos perdonará siempre sin echarnos en cara nuestras infidelidades

Señor Jesús te adoro en el misterio de la Trinidad junto con María y alabo la locura de amor que es el Padre y Tu y el Espíritu Santo. Te doy gracias por el amor trinitario que rodea mi pobre vida, y te pido de todo corazón que me des tu gracia para recordar día a día el amor del que estoy rodeado. Aleja de mi cercanía las acechanzas del demonio, y haz que con simplicidad y humildad te sea fiel por la gracia de tu amor que me rodea permanentemente

AMÉN

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