Evangelio domingo 28 de marzo

Domingo 28 de marzo de 2021 | Juan Enrique Coeymans

28 de MARZO del 2021

Evangelio según San Marcos, capítulos 14, 1-72 y 15, 1-47

Domingo de Ramos en la Pasión del Señor

Llegaron a una propiedad llamada Getsemaní, y Jesús dijo a sus discípulos: "Quédense aquí, mientras yo voy a orar". Después llevó con él a Pedro, Santiago y Juan, y comenzó a sentir temor y a angustiarse. Entonces les dijo: "Mi alma siente una tristeza de muerte. Quédense aquí velando". Y adelantándose un poco, se postró en tierra y rogaba que, de ser posible, no tuviera que pasar por esa hora. Y decía: "Abba -Padre- todo te es posible: aleja de mí este cáliz, pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya". Después volvió y encontró a sus discípulos dormidos. Y Jesús dijo a Pedro: "Simón, ¿duermes? ¿No has podido quedarte despierto ni siquiera una hora? Permanezcan despiertos y oren para no caer en la tentación, porque el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil". Luego se alejó nuevamente y oró, repitiendo las mismas palabras. Al regresar, los encontró otra vez dormidos, porque sus ojos se cerraban de sueño, y no sabían qué responderle. Volvió por tercera vez y les dijo: "Ahora pueden dormir y descansar. Esto se acabó. Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. ¡Levántense! ¡Vamos! Ya se acerca el que me va a entregar". Jesús estaba hablando todavía, cuando se presentó Judas, uno de los Doce, acompañado de un grupo con espadas y palos, enviado por los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos.

Meditación de Juan Enrique Coeymans Avaria

"Aleja de mí este cáliz, pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya".

Pareciera que el Señor nos dice: Uno de los horas más tristes de mi vida terrena fue la oración del Huerto de Getsemaní. Presentía el dolor y la humillación de la Cruz. Sentí una soledad muy grande, quise que mis discípulos me acompañaran, pero se quedaron dormidos. Así también Uds., no se dan tiempo para estar conmigo. Inventé la eucaristía, para que pudieran acompañarme en silencio y estar en vela, mientras Yo oro por Ud., y le pido al Padre que pase el dolor de mi Cuerpo Místico que son Uds., y que ahora pasan momentos de desolación, soledad y humillación. Acompáñenme de corazón.

Este texto de la Pasión me conmueve. Porque estoy retratado como los discípulos más cercanos: incapaz de darme tiempo para adorar en silencio, estarme junto al Señor, sin decir palabra, sino repetir de vez en cuando: Señor te quiero, te adoro, te doy gracias y te ofrezco todo lo que soy. Pero siempre hay ocupaciones, que no entendidas ni vistas a la luz del querer de Dios me ocupan, y todo tiene preferencia antes que estar con Jesús adorándolo en la Eucaristía.

Señor Jesús, mi Rey y mi Dios, bendito y alabado seas por toda la Creación, la visible y la invisible. Te adoro humildemente, porque soy un pobre pecador redimido por tu Sangre Preciosísima. Te pido la gracia de darme tiempos para adorarte presencialmente y si no se puede, para adorarte espiritualmente, y quiero acompañarte, para que no te sientas solo y lejos de mí, porque sé que estás junto a mi con tu Madre y todo el cielo. Bendito y adorado seas Tu mi Señor junto al Padre y al Espíritu Santo por los siglos de los siglos.

AMÉN

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