Evangelio domingo 6 de marzo

Domingo 6 de marzo de 2022 | Juan Enrique Coeymans

6 de MARZO DEL 2022

Evangelio según San Lucas capítulo 4, 1 - 13

Domingo Primero del Tiempo de Cuaresma

Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó de las orillas del Jordán y fue conducido por el Espíritu al desierto, donde fue tentado por el demonio durante cuarenta días. No comió nada durante esos días, y al cabo de ellos tuvo hambre. El demonio le dijo entonces: "Si tú eres Hijo de Dios, manda a esta piedra que se convierta en pan". Pero Jesús le respondió: "Dice la Escritura: El hombre no vive solamente de pan". Luego el demonio lo llevó a un lugar más alto, le mostró en un instante todos los reinos de la tierra y le dijo: "Te daré todo este poder y el esplendor de estos reinos, porque me han sido entregados, y yo los doy a quien quiero.
Si tú te postras delante de mí, todo eso te pertenecerá". Pero Jesús le respondió: "Está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás culto". Después el demonio lo condujo a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del Templo y le dijo: "Si tú eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: El dará órdenes a sus ángeles para que ellos te cuiden.
Y también: Ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra".
Pero Jesús le respondió: "Está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios". Una vez agotadas todas las formas de tentación, el demonio se alejó de él, hasta el momento oportuno.

Meditación de Juan Enrique Coeymans Avaria

Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó de las orillas del Jordán

Pareciera que Jesús nos dice: esta escena es después de mi Bautismo en el Jordán, y lo que hizo ese Bautismo no fue perdonarme mis pecados que no los tengo, sino fue llenarme del Espíritu Santo, que es el Amor que yo tengo al Padre y que el Padre tiene por Mi. Y mi tarea evangelizadora comienza con estar en el desierto en oración y ayuno durante cuarenta días. Esto es para enseñarles a Uds. que toda labor evangelizadora comienza siempre con oración y sacrificios.

De lo que nos enseña Jesús, me tocan hondamente tres cosas: la primera, el invocar permanentemente al Espíritu Santo. Ese regalo del Padre y Jesús que el Padre jamás nos negará, pero que yo y la mayoría de los cristianos nos olvidamos y no aprovechamos. Lo segundo, la oración, y lo tercero es el ayuno o el sacrificio no solo de comida, sino la privación de algunos placeres que al no darnos o realizarlos, nos llevan a ser humildes y a tener fuerza para no caer en tentación por el demonio. ¡A tomarme en serio el espíritu de la Cuaresma!

Señor Jesús, te adoro humildemente y te doy gracias por tu amor cercano y fiel conmigo a pesar de todas mis infidelidades y mediocridades. Ayúdame a discernir cuando algunos deseos son voluntad del Padre y cuales son tentación del demonio, porque si ni a Ti dejó de tentarte, de igual manera lo hará con nosotros. Hazme constante en la oración, dame la gracias de tener mis días de desierto, para conversar contigo de corazón a corazón y enderezar mi vida según el querer del Padre.

AMÉN

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