Evangelio domingo 6 de octubre

Domingo 6 de octubre de 2019 | Juan Enrique Coeymans

Domingo 6 de OCTUBRE del 2019

Evangelio según San Lucas, capítulo 17, 3b - 10.

Vigésimo Séptimo Domingo del Tiempo Ordinario

Los Apóstoles dijeron al Señor: "Auméntanos la fe". El respondió: "Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, y dijeran a esa morera que está ahí: 'Arráncate de raíz y plántate en el mar', ella les obedecería." Supongamos que uno de ustedes tiene un servidor para arar o cuidar el ganado. Cuando este regresa del campo, ¿acaso le dirá: 'Ven pronto y siéntate a la mesa'? ¿No le dirá más bien: 'Prepárame la cena y recógete la túnica para servirme hasta que yo haya comido y bebido, y tú comerás y beberás después'?
¿Deberá mostrarse agradecido con el servidor porque hizo lo que se le mandó? Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les mande, digan: 'Somos simples servidores, no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber'.»

Meditación de Juan Enrique Coeymans Avaria

'Somos simples servidores, no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber'.»

Pareciera que Jesús nos dice: Una y otra vez repito en el evangelio que deben ser humildes. No creer que Uds. merecen la salvación por su trabajo y que Uds. conquistan el cielo con sus buenas obras. El cielo es entrar en el misterio de Dios Uno y Trino por pura misericordia,
Simplemente porque los queremos infinitamente. Por eso el cielo lo comienzan a vivir aquí en la tierra, cuando siendo sencillos como niños y misericordiosos, aprenden a vivir como vivirán junto Mi, al Padre y al Espíritu Santo.

Me costó en mi vida cambiar la visión que con mis méritos podría alcanzar el cielo. Tuve que cambiar mi imagen de Dios, común Contador de méritos, que me llevarían directamente ante Dios, pero cuando me di cuenta que el interesado en mi salvación era el Señor, que Él quería que yo estuviera junto a El, porque me quería, cambió el valor que le daba a los méritos. Para mi, no valen nada, lo bueno que pueda hacer es para agradecer lo mucho que de El he recibido.

Señor Jesús, Hijo del Padre y de María, pero Rey de misericordia, te pido que no me sueltes de tu mano y de la mano de tu Madre. No me sueltes, que lo único que deseo es estar cerca tuyo. Dame la fuerza para rechazar las tentaciones de orgullo, vanidad, soberbia, mis debilidades de carácter, y toda mi pequeñez, para ir aprendiendo y remachando en mi corazón sólo tu amor que me invade. Que sólo Tú seas el faro en mi camino, sólo Tú el único y gran ideal de mi vida junto a tu Madre y Madre mía.

AMÉN

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