Evangelio domingo 9 de octubre

Domingo 9 de octubre de 2022 | Juan Enrique Coeymans

9 DE OCTUBRE DEL 2022

Evangelio según San Lucas capítulo 17, 11 - 19

Vigésimo Octavo Domingo del Tiempo Ordinario

Mientras se dirigía a Jerusalén, Jesús pasaba a través de Samaría y Galilea. Al entrar en un poblado, le salieron al encuentro diez leprosos, que se detuvieron a distancia y empezaron a gritarle: "¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!". Al verlos, Jesús les dijo: "Vayan a presentarse a los sacerdotes". Y en el camino quedaron purificados. Uno de ellos, al comprobar que estaba curado, volvió atrás alabando a Dios en voz alta y se arrojó a los pies de Jesús con el rostro en tierra, dándole gracias. Era un samaritano. Jesús le dijo entonces: "¿Cómo, no quedaron purificados los diez? Los otros nueve, ¿dónde están?
¿Ninguno volvió a dar gracias a Dios, sino este extranjero?". Y agregó: "Levántate y vete, tu fe te ha salvado".

Meditación de Juan Francisco Bravo Collado

... dándole gracias.

Es como si Jesús me dijera: "Me gusta cuando los hombres dan gracias por lo que han recibido. Nada de lo que tienen viene de ellos mismos: todo es un regalo. Y, sin embargo, son sólo unos pocos los que dan las gracias. Mi invitación esta semana no es a apuntar a los nueve leprosos que curé y que no volvieron, sino apuntar al extranjero que volvió dando gracias. Aprender de él. Dar gracias en voz alta, alabando a Dios. No tener miedo. En un mundo donde todos se quejan, ¡qué bueno es encontrarse con alguien que está agradecido!".

Este evangelio toca una de las cosas que más admiro en las personas: los que dan las gracias. Pienso especialmente en mi mamá: tan positiva. Ha tenido momentos duros, pero siempre encuentra fuerzas nuevas: No mira lo malo que ha pasado, sino lo bueno que está a su alcance: los hijos que la quieren, la comida rica que va a preparar, la posibilidad de disfrutar cosas sencillas... incluso da las gracias por cosas obvias, como poder ver, respirar y escuchar. Mi mamá es una mujer que, como este samaritano del evangelio, no solo ha vivido los milagros de Jesús, sino que además es capaz de volver a Él para darle las gracias.

Jesús, enséñame a ser un hombre agradecido, capaz de reconocer lo que tú me has dado. Gracias por el ejemplo de tanta gente que, teniendo una vida difícil, es capaz de sonreír y agradecer. Te pido por todas las personas que no son capaces de ver el lado bueno de la vida. Especialmente, quiero pedirte por tantas personas que, teniendo un tremendo poder económico, no tienen felicidad. Envía tu Espíritu Santo para que sean felices y agradecidos, y vivan una vida alegre y generosa.

AMÉN

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