Evangelio jueves 12 de marzo

Jueves 12 de marzo de 2020 | Ignacio Suazo

12 de MARZO de 2020

Evangelio según San Lucas, capítulo 16, 19 - 31.

Jueves de la Segunda Semana del Tiempo de Cuaresma

Había un hombre rico que se vestía de púrpura y lino finísimo y cada día hacía espléndidos banquetes. A su puerta, cubierto de llagas, yacía un pobre llamado Lázaro, que ansiaba saciarse con lo que caía de la mesa del rico; y hasta los perros iban a lamer sus llagas. El pobre murió y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. El rico también murió y fue sepultado. En la morada de los muertos, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro junto a él. Entonces exclamó: 'Padre Abraham, ten piedad de mí y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en el agua y refresque mi lengua, porque estas llamas me atormentan'. 'Hijo mío, respondió Abraham, recuerda que has recibido tus bienes en vida y Lázaro, en cambio, recibió males; ahora él encuentra aquí su consuelo, y tú, el tormento. Además, entre ustedes y nosotros se abre un gran abismo. De manera que los que quieren pasar de aquí hasta allí no pueden hacerlo, y tampoco se puede pasar de allí hasta aquí'. El rico contestó: 'Te ruego entonces, padre, que envíes a Lázaro a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos: que él los prevenga, no sea que ellos también caigan en este lugar de tormento'. Abraham respondió: 'Tienen a Moisés y a los Profetas; que los escuchen'. 'No, padre Abraham, insistió el rico. Pero si alguno de los muertos va a verlos, se arrepentirán'. Pero Abraham respondió: 'Si no escuchan a Moisés y a los Profetas, aunque resucite alguno de entre los muertos, tampoco se convencerán'".

Meditación de Ignacio Suazo Zepeda

"'Tienen a Moisés y a los Profetas; que los escuchen."

María pareciera decirme: si los judíos tienen a Moisés y a los profetas, mis hijos -los cristianos- tienen además a Jesús y la Iglesia ¿Qué se debe hacer para escuchar esas voces y atenderlas? Disponer el alma. Es el Espíritu Santo el que abre la mente y el corazón, pero tu y tus hermanos deben aprender a abrirse a esa Gracia que Él les quiere regalar. Para tener ojos que vean a Dios en el mundo -incluyendo en los que sufren- debes primero mirar en tu interior.

Estando en plena cuaresma, pienso ¿Cómo podré "mirar en mi interior"? Me respondo a mi mismo: con los medios que la misma Iglesia invita a vivir, es decir, oración, ayuno y limosna. Me atrevo a pensar que deben ir en ese mismo orden: oración, porque es lo primero que necesito para entrar en sintonía con Dios. Ayuno, porque es muy probable que mi apetito sensible esté desordenado y a través del ayuno puedo ayudar a Dios a reequilibrarme. Limosna o ayuda al próximo. Seguro que seré mucho más generoso habiendo practicado todo lo anterior.

Mater, que pena sería ser un hombre rico más, que pasa por el mundo y pierde la oportunidad de servir a sus hermanos y ser una contribución al desarrollo integral de este. Peor aún: no llegar nunca a verte ni contemplarte. Tu actúas a diario en innumerables oportunidades. Somos nosotros los que -ciegos por el pecado- somos incapaces de ver Su obra en el mundo y escuchar tu voz llamándonos. Tu eres mi madre y madre de la humanidad: no dejes que nos alejemos de ti. Ayúdanos más bien a vivir esta cuaresma de corazón para realizar las voces de ese Padre que nos llama y busca.

AMÉN

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