Evangelio jueves 16 de mayo

Jueves 16 de mayo de 2024 | Osvaldo Andrés Iturriaga

16 de mayo de 2024

Evangelio según San Juan 17, 20-26

Jueves de la séptima semana de Pascua

En aquel tiempo, levantando los ojos al cielo, oró Jesús diciendo: «No solo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno; yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí. Padre, este es mi deseo: que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo. Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y estos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté en ellos, y yo en ellos».

Meditación de Sebastián Castaño Fueyo

"Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté en ellos, y yo en ellos."

Jesús parece decirnos: rezo con esperanza por cada uno de ustedes, para que la gracia del Espíritu Santo los mantenga unidos fielmente a Dios. Les he dado a conocer el amor del Padre, para que tengan certeza de que Él los ama, igual como un padre ama a cada uno de sus hijos. Entre ustedes y Dios busquen unidad y no división. Hagan comunidad y busquen encontrarse en la fe para que sean parte de la Iglesia, cada uno aportando a ella desde su propia originalidad.

En este Evangelio me invita a rezar al Padre, con cariño y confianza, para permanecer unido a Él en su amor. Como laico católico Dios quiere que tenga un rol dentro de la sociedad y de la Iglesia. Jesús reza para que desde mi individualidad original, sea su discípulo que permanece junto a Él y a la vez unido a otros formando una unidad, una Iglesia unida a Dios. Para esto debemos reconocer y respetar nuestras diferencias y buscar lo que nos une a la luz del Evangelio de Jesús.

Querido Jesús, gracias por preocuparte de rezar por cada uno de nosotros ante Dios para que permanezcamos unidos en comunión. Jesús, ayúdame a dejar dócilmente que Tú estés presente, ocupando un lugar importante en mi vida. Señor quisiera no olvidarme de rezar por otros y por tu Iglesia. Te pido por la unidad de la Iglesia y por la fortaleza de las comunidades cristianas en todo el mundo. Ayúdame a ser un cristiano activo y no permitas que sea fuente de división.

AMÉN

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