Evangelio jueves 16 de septiembre

Jueves 16 de septiembre de 2021 | Sebastián Castaño

16 de SEPTIEMBRE del 2021

Evangelio según San Lucas, capítulo 7, 36 - 50

Jueves de la Vigésima Cuarta Semana del Tiempo Ordinario

Santos Cornelio, Papa y Cipriano, Obispo, mártires. Memoria obligatoria

Un fariseo invitó a Jesús a comer con él. Jesús entró en la casa y se sentó a la mesa. Entonces una mujer pecadora que vivía en la ciudad, al enterarse de que Jesús estaba comiendo en casa del fariseo, se presentó con un frasco de perfume. Y colocándose detrás de él, se puso a llorar a sus pies y comenzó a bañarlos con sus lágrimas; los secaba con sus cabellos, los cubría de besos y los ungía con perfume. Al ver esto, el fariseo que lo había invitado pensó: "Si este hombre fuera profeta, sabría quién es la mujer que lo toca y lo que ella es: ¡una pecadora!". Pero Jesús le dijo: "Simón, tengo algo que decirte". "¡Di, Maestro!", respondió él. "Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios, el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, perdonó a ambos la deuda. ¿Cuál de los dos lo amará más?". Simón contestó: "Pienso que aquel a quien perdonó más". Jesús le dijo: "Has juzgado bien". Y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: "¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y tú no derramaste agua sobre mis pies; en cambio, ella los bañó con sus lágrimas y los secó con sus cabellos. Tú no me besaste; ella, en cambio, desde que entré, no cesó de besar mis pies. Tú no ungiste mi cabeza; ella derramó perfume sobre mis pies. Por eso te digo que sus pecados, sus numerosos pecados, le han sido perdonados porque ha demostrado mucho amor. Pero aquel a quien se le perdona poco, demuestra poco amor". Después dijo a la mujer: "Tus pecados te son perdonados". Los invitados pensaron: "¿Quién es este hombre, que llega hasta perdonar los pecados?". Pero Jesús dijo a la mujer: "Tu fe te ha salvado, vete en paz".

Meditación de Sebastián Castaño Fueyo

Por eso te digo que sus pecados, sus numerosos pecados, le han sido perdonados porque ha demostrado mucho amor.

Jesús parece decirme: quiero que todos puedan experimentar el amor gratuito y misericordioso de nuestro Padre Dios. El, con una mirada compasiva sobre todos y cada uno de sus hijos, espera fielmente que su amor sea correspondido. Mira a la mujer pecadora: con total certeza del amor de Dios y confiada de su infinita capacidad de perdón, se acerca a El con humildad, con confianza, y sin importarle lo que otros digan, lo adora y le expresa abiertamente su gratitud y amor. ¡Que alegría la de mi Padre y que paz para ella!

Jesús me llama a reconocer mi pecado y pedirle perdón, y también a perdonar y tener misericordia. Me impresiona la actitud de la mujer que sin tener "méritos" se acerca a Jesús con confianza y con la certeza de que Dios la perdona. Por otra parte, el fariseo pareciera que siente no tener pecado por los cuales pedir perdón con humildad y se comporta distante ante el mismo Jesús. Hoy, Jesús me invita a ser más como aquella mujer y menos como el fariseo, a expresar con gestos concretos el amor a Dios y a los otros.

Querido Jesús, gracias por mostrarnos el amor y misericordia de nuestro Padre. Tú que fuiste ejemplo de humildad y fortaleza, ayúdame a acercarme al Padre con esa humildad, con certeza, y confiadamente en busca de su perdón y de su amor. Perdón Jesús por mi distancia, se que tu quieres cargar con nuestros pecados, nos quieres dar vida nueva para que amemos más a quienes pones en nuestro camino. Señor, regálame el don dela humildad que es el don de la verdad.

AMÉN

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