Evangelio jueves 27 de julio

27 de Julio del 2023

Evangelio según San Mateo 13, 10 – 17

Jueves de la décimo sexta semana del Tiempo Ordinario

En aquel tiempo, los discípulos se acercaron y le dijeron: "¿Por qué les hablas por medio de parábolas?". Él les respondió: "A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no. Porque a quien tiene, se le dará más todavía y tendrá en abundancia, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene. Por eso les hablo por medio de parábolas: porque miran y no ven, oyen y no escuchan ni entienden. Y así se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dice: Por más que oigan, no comprenderán, por más que vean, no conocerán, porque el corazón de este pueblo se ha endurecido, tienen tapados sus oídos y han cerrado sus ojos, para que sus ojos no vean, y sus oídos no oigan, y su corazón no comprenda, y no se conviertan, y yo no los cure. Felices, en cambio, los ojos de ustedes, porque ven; felices sus oídos, porque oyen. Les aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron; oír lo que ustedes oyen, y no lo oyeron."

Meditación de Sebastián Castaño Fueyo

"Les aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron; oír lo que ustedes oyen, y no lo oyeron"

Jesús parece decirnos: he venido para darles a conocer a Dios: su infinito amor y misericordia, su fidelidad a toda prueba. Y para que les sea más natural, les he hablado en parábolas. A ustedes, a través de lo simple, de lo cotidiano, les enseño a oír, a ver y a experimentar la presencia de Dios en sus vidas, para que entiendan el verdadero sentido de las cosas y descubran el camino que Dios quiere para ustedes. Tengan un corazón abierto y sencillo, con ganas de buscar permanentemente a Dios en todo y en todos, y así recibirán en abundancia. Pero otros que voluntariamente endurecen el corazón, no podrán conocer el amor de Dios.
¿Cuánto de lo que oigo y veo día a día lo miro a través de la fe y de la Palabra de Dios? El Señor me invita a reflexionar mis experiencias de vida cotidianas, y ponerlas bajo el prisma de Dios: con fe, esperanza y amor. Pero no me resulta fácil, cuántas veces estoy confundido y pareciera que no veo y me pierdo en el camino. Pero sin duda, también he experimentado esa alegría y confianza cuando reconozco que Dios y María me acompañan, cuando les comparto mis acciones, mis dificultades, y mis alegrías.
Querido Señor, ayúdame a ver y comprender las cosas de este mundo bajo la luz de tu Palabra. Te pido la fuerza y la fe para actuar en consecuencia, con esa confianza de sentirme guiado por tu presencia. No permitas Señor que mi corazón se endurezca y te deje afuera. Dame un corazón dócil y sencillo para acoger tus enseñanzas. Querida Virgen María ayúdame a rezar, a conocer más a Cristo, a reflexionar las experiencias de mi vida, para poder descubrir en ellas las voces de Dios en mi vida.

AMÉN