Evangelio jueves 4 de marzo

Jueves 4 de marzo de 2021 | Sebastián Castaño

4 de MARZO del 2021

Evangelio según San Lucas capítulo 16, 19 - 31

Jueves de la Segunda Semana del Tiempo de Cuaresma

Jesús dijo a los fariseos: "Había un hombre rico que se vestía de púrpura y lino finísimo y cada día hacía espléndidos banquetes. A su puerta, cubierto de llagas, yacía un pobre llamado Lázaro, que ansiaba saciarse con lo que caía de la mesa del rico; y hasta los perros iban a lamer sus llagas. El pobre murió y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. El rico también murió y fue sepultado. En la morada de los muertos, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro junto a él. Entonces exclamó: 'Padre Abraham, ten piedad de mí y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en el agua y refresque mi lengua, porque estas llamas me atormentan'. 'Hijo mío, respondió Abraham, recuerda que has recibido tus bienes en vida y Lázaro, en cambio, recibió males; ahora él encuentra aquí su consuelo, y tú, el tormento. Además, entre ustedes y nosotros se abre un gran abismo. De manera que los que quieren pasar de aquí hasta allí no pueden hacerlo, y tampoco se puede pasar de allí hasta aquí'. El rico contestó: 'Te ruego entonces, padre, que envíes a Lázaro a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos: que él los prevenga, no sea que ellos también caigan en este lugar de tormento'. Abraham respondió: 'Tienen a Moisés y a los Profetas; que los escuchen'. 'No, padre Abraham, insistió el rico. Pero si alguno de los muertos va a verlos, se arrepentirán'. Pero Abraham respondió: 'Si no escuchan a Moisés y a los Profetas, aunque resucite alguno de entre los muertos, tampoco se convencerán'".

Meditación de Sebastián Castaño Fueyo

Además, entre ustedes y nosotros se abre un gran abismo.

Siento que en este Evangelio Jesús me dice: recuerda que estoy presente en aquellas almas necesitadas; búscame e intenta ver mi rostro en ellos. No te sientas indiferente y ten un corazón misericordioso. Que la vida que llevas, lo mundano, no te impida ver la realidad con verdadera conciencia, porque te puedes confundir. Aprende de mi ejemplo y de la Palabra que te he dejado, así me encontrarás y yo me quedaré junto a ti. Aprovecha todo lo que eres y lo que tienes para amar, e intenta dar lo mejor de ti para el bien de otros.

¿Cuántas veces he actuado como el hombre rico, indiferente a la realidad? Consciente o inconscientemente siento que caigo en la vida mecanicista y me cuesta dar verdadera importancia al salir a buscar un encuentro más cercano y real con otros. Tengo que despertar mi alma para que no se inmovilice por toda la actividad y preocupaciones mundanas. Despertarla para ir acostumbrándola a dar más de mí y estar atento a encontrar a Jesús en otros. No sea que me encuentre un día al otro lado del abismo insalvable que me presenta este evangelio.

Querido Jesús ayúdame porque soy débil, no quiero que todo lo mundano me impida escucharte con atención, y que tampoco me impida tener ojos para ver tu rostro en quienes me rodean y en aquellos necesitados. Dame un corazón bueno para saber ponerme en los pies de otros y la conciencia de que estoy llamado a amarte en el encuentro con aquellos que, como Lázaro, esperan nuestra acción. Que por la intercesión de María obtenga la gracia de amar más.

AMÉN

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