Evangelio lunes 10 de octubre

Lunes 10 de octubre de 2022 | Bernardita Marín Paul

10 DE OCTUBRE DEL 2022

Evangelio según San Lucas capítulo 11, 29 - 32

Lunes de la Vigésima Octava Semana del Tiempo Ordinario

Al ver Jesús que la multitud se apretujaba, comenzó a decir: "Esta es una generación malvada. Pide un signo y no le será dado otro que el de Jonás. Así como Jonás fue un signo para los ninivitas, también el Hijo del hombre lo será para esta generación. El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra los hombres de esta generación y los condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón y aquí hay alguien que es más que Salomón. El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás y aquí hay alguien que es más que Jonás.

"Así como Jonás fue un signo para los ninivitas, también el Hijo del hombre lo será para esta generación"

Creo que el Señor me quiere decir: el verdadero signo soy Yo, no busques confianza en otras manifestaciones, mírame y veras en mi al Padre, y al Hijo. Participas de la gran revelación de Dios hecho hombre, un ser humano, ahí está el gran misterio. Si me ves, ves al Padre. Participa de lo que soy realmente, anda a lo profundo y reconóceme, abre tu mente para entender. El mayor de todos los signos es mi resurrección, que más puede hacer para que crean en Mí y en mi palabra.

Suelo caer en la costumbre de pedir signos al Señor, algún milagro, para recobrar salud, buscar bienestar o éxito en lo que haya emprendido. Pienso y veo que esto es construir la vida, mi estabilidad, desde lo externo y no desde el espíritu, en donde la vida adquiere sentido, y donde el Señor está siempre presente obrando maravillas, de amor, conversión, paz y sosiego. Por añadidura, en la vida cotidiana. Debo conocer y vivir el gran signo y manifestación que ya fue realizada. El gran milagro es el de la Fe, profunda y cómo Dios se hace Padre, Espíritu, Hijo y hermano.

Querido Señor Jesús, quiero adentrarme en este misterio de revelación, para conocer al Padre, por el Hijo, no pedir más, solo entregarme para que Tu me inundes con tu sabiduría y participar do lo profundo de tu amor Comprender cómo y para que te hiciste hombre y que esto afecte e impregne directamente mi vida y decisiones. Participar de esta Vida Nueva y confiada en un Padre que me ama y cuida por siempre, por voluntad de mi Señor. Que así sea

AMÉN

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