Evangelio lunes 12 de abril

Lunes 12 de abril de 2021 | Bernardita Marín

12 de ABRIL del 2021

Evangelio según San Mateo, capítulo 3, 1 - 8.

Lunes de la Segunda Semana del Tiempo de Pascua

Había entre los fariseos un hombre llamado Nicodemo, que era uno de los notables entre los judíos. Fue de noche a ver a Jesús y le dijo: "Maestro, sabemos que tú has venido de parte de Dios para enseñar, porque nadie puede realizar los signos que tú haces, si Dios no está con él". Jesús le respondió: "Te aseguro que el que no renace de lo alto no puede ver el Reino de Dios. " Nicodemo le preguntó: "¿Cómo un hombre puede nacer cuando ya es viejo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el seno de su madre y volver a nacer?".
Jesús le respondió: "Te aseguro que el que no nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu.
No te extrañes de que te haya dicho: 'Ustedes tienen que renacer de lo alto'. El viento sopla donde quiere: tú oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Lo mismo sucede con todo el que ha nacido del Espíritu".

Meditación de Bernardita Marín Paul

"Te aseguro que el que no nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu."

Creo que Dios me quiere decir: te quiero hacer un regalo, quiero que sepas que puedes volver a nacer, si Tú quieres dejar atrás la carga de ser un hombre que le pesa su humanidad, sus vicios, desamor, egoísmo, la carne. Si todo eso te duele realmente y quieres cambiar, aquí estoy para que conozcan y reconozcas mi poder de transformación de los corazones, para lograrlo hay que dejar ese hombre viejo, esa humanidad que traiciona nuestra esencia. Si no hay dolor no hay transformación. Aquí estoy esperándote, quiero que conozcas mi espíritu y te sientas libre para amar de verdad.

El espíritu de Dios, está en todo, en el aire. Quiero dejar atrás toda la esclavitud que me propone el pecado, me duele pecar o esconderme en excusas, victimizarme, la humanidad pecadora me persigue y muchas veces convivo con ella sin reparar. Necesito la libertad de Dios, quiero volver a nacer, transformarme. No me quiero perder esta experiencia, de dejar en conciencia, al hombre pesado. Se que al otro lado me espera la luz, el espíritu amoroso de Dios.

Señor no pienso en mí, sino como Tú me quieres. Necesito esa transformación que me hace buena, dócil, libre del pecado y de tantas cosas mías que arrastro. Gracias Señor por darme el entendimiento para ver esta verdad tan clara. Quiero seguir ese Espíritu divino y para verlo tengo que dejar mi yo, mi ego, mi humanidad y desde ahí mirarte. Tu nos hiciste con esa capacidad infinita de cambiar y de transformarnos siempre en algo más. Gracias Señor por tu cercanía.

AMÉN

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