Evangelio lunes 12 de agosto

Lunes 12 de agosto de 2019 | Magdalena Fernández

12 de AGOSTO del 2019

Evangelio según San Mateo, capítulo 17, 22 - 27

Lunes de la Décimo Novena Semana del Tiempo Ordinario

Mientras estaban reunidos en Galilea, Jesús les dijo: "El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres: lo matarán y al tercer día resucitará". Y ellos quedaron muy apenados. Al llegar a Cafarnaún, los cobradores del impuesto del Templo se acercaron a Pedro y le preguntaron: "¿El Maestro de ustedes no paga el impuesto?". "Sí, lo paga", respondió. Cuando Pedro llegó a la casa, Jesús se adelantó a preguntarle: "¿Qué te parece, Simón? ¿De quiénes perciben los impuestos y las tasas los reyes de la tierra, de sus hijos o de los extraños?". Y como Pedro respondió: "De los extraños", Jesús le dijo: "Eso quiere decir que los hijos están exentos. Sin embargo, para no escandalizar a esta gente, ve al lago, echa el anzuelo, toma el primer pez que salga y ábrele la boca. Encontrarás en ella una moneda de plata: tómala, y paga por mí y por ti".

Meditación de Magdalena Fernández Pérez

"Para no escandalizar a esta gente"

Jesús me dice: vine al mundo para mostrarte como vivir en él. Hay cosas en las que no transé, debido a la incoherencia con mi mensaje. Pero hay otras en las que quise ceder. Qué importante es desenvolverse en este mundo con sabiduría, saber elegir las batallas y lucharlas poniendo en la balanza las consecuencias. No me malinterpretes. No te digo que seas tibia ni que te conformes con lo que no te parezca adecuado. Pelea por mi Nombre, no por tu orgullo y por tu gusto de tener la razón. Aprende a distinguir cuando una discusión tiene sentido.

Tantas veces me he visto envuelta en discusiones eternas que giran en torno al mismo eje, con el único objetivo de que me digan "tienes la razón". ¿Cuál es el fin de esto? Si no hay oídos dispuestos a escuchar, son palabras perdidas. Tanto mejor es disponerse a escuchar, a entender realmente al otro. Y no sólo al discutir. Ojalá en cada conversación pudiera ponerme al servicio de mi próximo, estar abierta para entenderlo, para aprehender a la otra persona, en lugar de preocuparme tanto por situarme a mí misma como el foco de la conversación.

Señor, te pido que me regales la virtud de la humildad. Enséñame a distinguir cuando el otro necesita mi escucha activa, y aprender a oír entre líneas. Recuérdame que cada visión extremista o intransigente muchas veces acarrea una historia de sufrimiento y dolor, o tiene una explicación detrás. Dame también la sabiduría y el valor para distinguir cuando se vuelve necesario defender lo que creo, y enséñame a hacerlo de la manera adecuada. Te entrego cada una de mis conversaciones, tómalas para poder entregar tu mensaje de Amor.

AMÉN

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