Evangelio lunes 21 de agosto

Lunes 21 de agosto de 2023 | Bernardita Marín Paul

21 de agosto del 2023

Evangelio según Mateo capítulo 19, 16 - 22

Lunes de la vigésima semana del Tiempo Ordinario

Luego se le acercó un hombre y le preguntó: "Maestro, ¿qué obras buenas debo hacer para conseguir la Vida eterna?". Jesús le dijo: "¿Cómo me preguntas acerca de lo que es bueno? Uno solo es el Bueno. Si quieres entrar en la Vida eterna, cumple los Mandamientos".
"¿Cuáles?", preguntó el hombre. Jesús le respondió: "No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honrarás a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo". El joven dijo: "Todo esto lo he cumplido: ¿qué me queda por hacer?". "Si quieres ser perfecto, le dijo Jesús, ve, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres: así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme". Al oír estas palabras, el joven se retiró entristecido, porque poseía muchos bienes.

Meditación de Bernardita Marín Paul

"Ven y sígueme"

Creo que el Señor me quiere decir desde su corazón: quiero que estés conmigo y conozcas mi paz, la verdadera paz. Esto se dará cuando ames a tu prójimo como a ti mismo y, si quieres más, entra en lo profundo y renuncia, renuncia a todo aquello que te impide seguirme. Quizá sea tu ego, el estar en el centro de toda decisión conveniente o a la fijación de tener y la alegría que te da esa posición. Si recoges tristeza, es señal que sigues buscándote a ti mismo y al mundo de privilegios y satisfacciones.

Claramente aquí el Señor me está pidiendo que busque como seguirlo y me da una clave, la renuncia, como forma de acercarme y alcanzar mayor plenitud y recibir la paz que anhelo. Al no entregarme o hacer la voluntad del Señor, la tristeza me inunda, lo que es señal que no estoy en el camino correcto. Sigo luchando por tener más y estar en uno de los primeros lugares, es decir es mi ego que traiciona mi esencia de ser una verdadera y auténtica discípula del Señor.

Querido Señor mi Dios, que fácil parece, pero que difícil es renunciar. Enséñame Señor a ver tus prioridades, a no dar todas las luchas, sino las importantes que me acercan a lo que Tú esperas de mí. Hazme generosa en mis amores y regálame la alegría, que sea el resultado de una entrega real y desinteresada a mis hermanos. Bendita sea tu presencia y consejo en mi vida, tómame y llévame donde Tú estés. Señor bendito y alabado seas ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Que así sea.

AMÉN

 

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