Evangelio lunes 31 de julio

Domingo 30 de julio de 2023 | Bernardita Marín Paul

31 de Julio de 2023

Evangelio según Mateo capítulo 13,31 - 35

Lunes de la décimo séptima semana del Tiempo Ordinario

San Ignacio de Loyola, Presbítero y Fundador. Memoria Obligatoria.

Les propuso otra parábola: "El Reino de los Cielos es semejante a un grano de mostaza que tomó un hombre y lo sembró en su campo. Es ciertamente más pequeña que cualquier semilla, pero, cuando crece, es mayor que las hortalizas, y se hace árbol, hasta el punto que las aves del cielo vienen y anidan en sus ramas"
Les dijo otra parábola: "El Reino de los Cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer y la mezcló con tres medidas de harina, hasta que fermentó todo".
Todo esto dijo Jesús en parábolas a la gente, y nada les hablaba si no era en parábolas, para que se cumpliese así lo dicho por el profeta:
Abriré con parábolas mi boca, anunciaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo"

Meditación de Bernardita Marín Paul

"Esta es la más pequeña de las semillas, pero cuando crece es la más grande "

Creo que el Señor me quiere decir, a través de esta parábola, quiero mostrarte, la potencia de mi amor, que todo lo transforma y lo hace grande y más grande de lo que uno pueda imaginar. Confía en esa realidad pequeña, que llevas o que tú depositaste en otro en mi nombre. Transformaré, eso en algo grande y fructífero, serás capaz de dar calor, abrigo y protección, amor a muchos. Tu tarea Bernardita es amar como amo Yo y vivir como fiel discípula mía.

Muchas veces me siento impotente, frente a la realidad tan dura y descristianizada en que vivimos. Trabajo por depositar mi confianza en nuestro Señor, que toma lo más pequeño, al más humilde y si se lo permiten, lo hace grande, y dar muchos frutos, porque el gran actor, aquí es Dios Todopoderoso. Esto me llena de esperanza, porque añoro a Dios, para mí y para todos. Si me dejo amar y me olvido de mí, y en mi humildad me dejo habitar por Dios, Él me puede transformar en lo que el desee para vivir el Reino de los Cielos.

Señor soy testigo de cómo, cuando tuve conciencia de la vida, reconocí esa semilla que Tú
depositaste en mí, la vi y sentí tu amor delicado hacia mí, me cuidaste, protegiste, me hiciste madurar, porque así es tu amor. Permite mi Señor que siga creciendo en esto que siento, sé que no para y quiero compartirlo y buscar con la mayor humildad posible tu Reino, para vivirlo aquí en esta tierra. Bendito seas por siempre mi Señor y Salvador. Que así sea.

AMÉN

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