Evangelio lunes 4 de septiembre

Lunes 4 de septiembre de 2023 | Bernardita Marín Paul

4 de septiembre del 2023

Evangelio según San Lucas capítulo 4, 16 - 30

Lunes de la vigésima segunda semana del Tiempo Ordinario

Jesús fue a Nazaret, donde se había criado; el sábado entró como de costumbre en la sinagoga y se levantó para hacer la lectura. Le presentaron el libro del profeta Isaías y, abriéndolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. Él me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor. Jesús cerró el Libro, lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos en la sinagoga tenían los ojos fijos en Él. Entonces comenzó a decirles: "Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír". Todos daban testimonio a favor de Él y estaban llenos de admiración por las palabras de gracia que salían de su boca. Y decían: "¿No es este el hijo de José?". Pero Él les respondió: "Sin duda ustedes me citarán el refrán: 'Médico, cúrate a ti mismo'. Realiza también aquí, en tu patria, todo lo que hemos oído que sucedió en Cafarnaún". Después agregó: "Les aseguro que ningún profeta es bien recibido en su tierra.
Yo les aseguro que había muchas viudas en Israel en el tiempo de Elías, cuando durante tres años y seis meses no hubo lluvia del cielo y el hambre azotó a todo el país. Sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una viuda de Sarepta, en el país de Sidón.
También había muchos leprosos en Israel, en el tiempo del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue curado, sino Naamán, el sirio". Al oír estas palabras, todos los que estaban en la sinagoga se enfurecieron y, levantándose, lo empujaron fuera de la ciudad, hasta un lugar escarpado de la colina sobre la que se levantaba la ciudad, con intención de despeñarlo.
Pero Jesús, pasando en medio de ellos, continuó su camino.

Meditación de Bernardita Marín Paul

"Sin duda ustedes me citarán el refrán: Médico, cúrate a ti mismo; Realiza también aquí, en tu patria, todo lo que hemos oído que sucedió en Cafarnaún"

Creo que el Señor me quiere decir; espero que contribuyas al orden, la paz, la credibilidad de las personas. Las palabras que salgan de tu boca pueden contribuir a dar dignidad o a destruirlas. Transforma tu familia y a tu alrededor en un lugar en donde no se hable mal de nadie y Yo esté presente con mi legado de paz y amor. En donde hay crítica, desunión, celos, no estoy Yo y la paz que vengo a compartir con ustedes tampoco. Amen siempre la verdad y no dejen de vivir de acuerda a ello.

Pienso en que muchas veces caemos en el murmullo, bajeza que permite la desunión, división y confusión de muchos y esa es nuestra victoria. Esa es la actitud que elige el demonio, para reinar y nosotros le seguimos su juego. Haciendo caer, por nuestra influencia, a varios en la falta de confianza y confusión. Somos responsables de los ambientes convulsionados y de poca paz. Hemos cooperado en el desamor y faltado en el respeto a la dignidad que todos tenemos como hijos de Dios.

Señor no permitas que yo sea motivo de desunión, hazme buena, pacífica y leal a Dios por su esencia divina que compartimos contigo. Que mis palabras sean el reflejo del amor que nos tienes. Que yo sea tu instrumento, para que tu luz brille, en cada cara, en cada hogar, en nuestra Iglesia y en nuestro país. Recemos por la paz y para que tu verdad sea revelada hoy, que tanto la necesitamos. Señor acuérdate de nuestra Patria adolorida y dividida. Que así sea.

AMÉN

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