Evangelio lunes 8 de agosto

Lunes 8 de agosto de 2022 | Bernardita Marín Paul

8 DE AGOSTO DEL 2022

Evangelio según San Mateo capítulo 17, 22 - 27

Lunes de la Décimo Novena Semana del Tiempo Ordinario

Santo Domingo de Guzmán, Presbítero y fundador. Memoria Obligatoria

Mientras estaban reunidos en Galilea, Jesús les dijo: "El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres: lo matarán y al tercer día resucitará". Y ellos quedaron muy apenados. Al llegar a Cafarnaún, los cobradores del impuesto del Templo se acercaron a Pedro y le preguntaron: "¿El Maestro de ustedes no paga el impuesto?". "Sí, lo paga", respondió. Cuando Pedro llegó a la casa, Jesús se adelantó a preguntarle: "¿Qué te parece, Simón? ¿De quiénes perciben los impuestos y las tasas los reyes de la tierra, de sus hijos o de los extraños?". Y como Pedro respondió: "De los extraños", Jesús le dijo: "Eso quiere decir que los hijos están exentos. Sin embargo, para no escandalizar a esta gente, ve al lago, echa el anzuelo, toma el primer pez que salga y ábrele la boca. Encontrarás en ella una moneda de plata: tómala, y paga por mí y por ti"

Meditación de Bernardita Marín Paúl

"¿Qué te parece, Simón?

Creo que el Señor me quiere decir; Te invito a seguir el camino conmigo, eliges libremente comprometerte, camino real de elección de amor, detente y siente esa voz interna que te invita, la respuesta al llamado de amor que te hago es sin mirar atrás, permanente y no hay descanso, ni tiempo que perder. Estas atemorizada y angustiada ante mi llamado, no temas, esos sentimientos son fruto de que aún no te has puesto en camino. Vive con sencillez y humildad tu vida.

Escucho y se lo que tengo que hacer, asimilar como debo responder, porque estoy apegada al trabajo excesivo, a lo banal. Temor a abrirme al llamado, a la voz del Señor que me invita. Oír y aplicar, abrirme a responder con amor a Dios. Me surge el temor a trabajar por otra cosa que no sea el dinero o ser productiva, sigues invitándome, no te impones, pero hablas con la verdad, porque tu rastro deja paz, esa paz que no se va. Y en la vida cotidiana me pregunta y sugiere por medio del lenguaje gestual con que se comunica con nosotros.

Señor quiero abrirme a esa voz que me invita, quiero servir a la verdad. Al oír tu voz, entra el temor de dejar lo humano, por ese amor. Ayúdame a confiar en que tu camino son los que me hacen ser más. Gracias por ser suave, sutil y respetuoso. Reconozco como me llamas, tu impulso, suave, no forzoso y que no juzga, quiero responder al llamado desde mi ser generoso y amable, te lo pido Señor. Bendito y alabado seas ahora y siempre Señor misericordioso y clemente.

AMÉN

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