Evangelio lunes 9 de noviembre

Lunes 9 de noviembre de 2020 | Francisco Bravo

9 de NOVIEMBRE de 2020

Evangelio según San Juan, capítulo 2, 13 – 22

Fiesta de la Dedicación de la Archibasílica de San Juan de Letrán (Catedral del Papa)

Se acercaba la Pascua de los judíos. Jesús subió a Jerusalén y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas sentados delante de sus mesas. Hizo un látigo de cuerdas y los echó a todos del Templo, junto con sus ovejas y sus bueyes; desparramó las monedas de los cambistas, derribó sus mesas y dijo a los vendedores de palomas: "Saquen esto de aquí y no hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio". Y sus discípulos recordaron las palabras de la Escritura: El celo por tu Casa me consumirá. Entonces los judíos le preguntaron: "¿Qué signo nos das para obrar así?". Jesús les respondió: "Destruyan este templo y en tres días lo volveré a levantar". Los judíos le dijeron: "Han sido necesarios cuarenta y seis años para construir este Templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?". Pero él se refería al templo de su cuerpo. Por eso, cuando Jesús resucitó, sus discípulos recordaron que él había dicho esto, y creyeron en la Escritura y en la palabra que había pronunciado.

Meditación de Francisco Bravo Collado

"... en tres días lo volveré a levantar..."

Jesús me dice: "Tú, hijo mío, te dejaste confundir por la parábola del cordero. Ser manso no significa ignorar la verdad. Yo soy el cordero, y entrego mi vida por ustedes. Pero eso no significa que no sea el Rey de la creación. Tampoco significa que me haga pasar por un inútil, o deje que violenten la casa de mi Padre. Y eso es lo que quiero que aprendas: ten celo por lo tuyo. Respétate y reconoce todas las bendiciones que mi Padre quiere derramar en la tierra por medio tuyo. No quiero falsas sencilleces. Quiero tu vida de trabajo generoso, y para eso debes reconocer tu propia capacidad de ayudar a tus hermanos."

Hace algunos años, lo que me impresionaba de este evangelio era que Jesús fuera violento con los mercaderes. Ahora, en cambio, lo que me sorprende es que diga que reconstruirá el templo en tres días. Se jacta. Lo que dice es verdad, pero no por eso deja de llamarme la atención que despliegue su poder. Creo que este evangelio me llama a aprender de Jesús: si sé que lo que digo es verdad, y sé que puedo hacer algo bueno, está bien que me atreva a decirlo de frente.

Jesús, me sorprendes. Eres el manso, el cordero... y vienes a prender fuego a este mundo. Eres la bandera dividida. Eres un rey coronado de espinas. Eres un Dios que se hace niño, y que muere por sus siervos. Enséñame a manejarme en las categorías tuyas, que son tan distintas de las de este mundo. Regálame el Espíritu Santo, para que pueda mirar las cosas de la forma en la que las miras tú. Quiero ser tu discípulo y tu amigo. Quiero aprender a mirar las cosas en la forma en la que las miras tú.

AMÉN

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