Evangelio martes 1 de diciembre

Martes 1 de diciembre de 2020 | Juan Francisco Bravo

1° de DICIEMBRE del 2020

Evangelio según San Lucas, capítulo 10, 21 - 24.

Martes de la Primera Semana de Adviento

En aquel momento Jesús se estremeció de gozo, movido por el Espíritu Santo, y dijo: "Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido.
Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, como nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar".
Después, volviéndose hacia sus discípulos, Jesús les dijo a ellos solos: "¡Felices los ojos que ven lo que ustedes ven! ¡Les aseguro que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron!".

Meditación de Juan Francisco Bravo Collado

Jesús se estremeció de gozo

Es como si Jesús me dijera: "Me estremezco de gozo. No puedo creer lo maravilloso que es esto. Y, entonces, estallo en alabanzas a mi Padre. Estallo en felicidad, en bendiciones, en gratitud. Y reflexiono. Reflexiono sobre cómo son las cosas, de dónde vienen, quién soy yo, quién me da lo que me da. Y la invitación que hago ahora, a ti, hijo mío, y también a todos los que quieran escuchar es a unirse a mí en alabanza al Padre. A reconocerlo a Él como la fuente de todo lo que es bueno. A quitarse etiquetas y a sumergirse en el amor y gratitud de la experiencia de Dios".

Veo lo feliz que se pone Jesús. Cómo se sorprende de la profundidad y belleza de la creación de la cual él mismo es el centro. Jesús se sorprende de cuánto le ha sido dado a sí, y cuán tremenda es su propia existencia. ¿Reconozco en mí mi propia grandeza, mi dignidad y la belleza de la existencia que me ha dado? En vez de recriminarme, de decir que podría haberlo hecho mejor, me doy cuenta de que la invitación es a ser ahora. A unirme a la alabanza ahora mismo y en este lugar. Y me sumo con Jesús a la alabanza y a la gratitud con Dios Padre, con la existencia que se me ha dado y con la existencia misma de la creación completa.

Jesús, quiero unirme a Ti en la alabanza al Padre que reconoce lo que ha puesto en mí y se reconoce a sí mismo a través de mi propia existencia. ¡Bendito seas Tú, que eres el signo de amor de Dios, el testamento mismo del amor a la existencia completa! Ayúdame a reconocerte a través de toda la experiencia humana. Acércame a mi propia vida y dame lucidez. Acércame a la vida de mis hermanos y dame unión. Acércame a todo el resto de la creación y permíteme reconocer tu amor en ella. Feliz mi ser completo, que ha podido conocerte y encontrarte en lo grandioso y en lo cotidiano.

AMÉN

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