Evangelio martes 16 de agosto

Lunes 15 de agosto de 2022 | Juan Francisco Bravo

16 DE AGOSTO DEL 2022

Evangelio según San Mateo capítulo 19, 23 - 30

Martes de la Vigésima Semana del Tiempo Ordinario

Jesús dijo entonces a sus discípulos: "Les aseguro que difícilmente un rico entrará en el Reino de los Cielos. Sí, les repito, es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los Cielos". Los discípulos quedaron muy sorprendidos al oír esto y dijeron: "Entonces, ¿quién podrá salvarse?". Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: "Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible". Pedro, tomando la palabra, dijo: "Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué nos tocará a nosotros?". Jesús les respondió: "Les aseguro que, en la regeneración del mundo, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, ustedes, que me han seguido, también se sentarán en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. Y el que a causa de mi Nombre deje casa, hermanos o hermanas, padre, madre, hijos o campos, recibirá cien veces más y obtendrá como herencia la Vida eterna. Muchos de los primeros serán los últimos, y muchos de los últimos serán los primeros.

Meditación de Juan Francisco Bravo Collado

Recibirá cien veces más y obtendrá como herencia la Vida eterna

Es como si Jesús me dijera: "Tú vienes conmigo. Tú caminas conmigo y encuentras sentido en tu caminar. Tú tienes miedo de mi camino. Lo sientes riesgoso e incómodo. Y sin embargo, cuando miras tu propia vida, tu historia y tu experiencia, ves con claridad que lo que has hecho con valor, con desprendimiento y con fe en la Providencia, ha dado excelentes resultados. No siempre es lo cómodo. Pero es lo más pleno. Camina conmigo. Ven a descubrir en mi amistad cómo la cruz y la resurrección están tan profundamente unidas que te sorprenderás una y otra vez.

Cuando leo este texto tiendo a reflexionar que mi camino con Jesús es un premio en sí mismo. Ya estoy recibiendo lo que se me promete. Seguir a Jesús me da independencia. Cuando me uno a él me hago consciente del amor del Padre. Cuando me alejo de él me aferro a los patrones de este mundo, y dejo que la ansiedad y la preocupación se apoderen de mi libertad y de mi ánimo. Hay una libertad profunda, casi sorprendente, en ser capaz de tomar la cruz y caminar el Gólgota. Me siento independiente. La promesa de Jesús es que tendré la vida eterna. Que recibiré cien veces más.

Jesús, tú le regalas tanto sentido a mi vida, te adoro y te bendigo. Tú me das la vida eterna. Gracias por darme el ciento por uno. Confío en ti y en tus promesas. En ti fundo mi vida. Muéstrame cómo unirme a ti y cómo caminar contigo a tu lado. Hoy quiero confiar. Hoy quiero volver a elegir: te sigo a ti, sigo tu camino. Quiero recorrer el mundo con la riqueza de tu amistad. Toma todo lo mío: mis bienes, mis capacidades, mis miedos, mis identificaciones. Dame tu amor. Dame abrazarte en la cruz y, así, descubrir contigo la resurrección y la vida eterna.

AMÉN

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