Evangelio martes 17 de Febrero

Martes 17 de marzo de 2020 | Juan Enrique Coeymans

17 de MARZO del 2020

Evangelio según San Mateo, capítulo 18, 21 – 35

Martes de la Tercera Semana del Tiempo de Cuaresma

Se adelantó Pedro y le dijo: "Señor, ¿cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano las ofensas que me haga? ¿Hasta siete veces?" .Jesús le respondió: "No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Por eso, el Reino de los Cielos se parece a un rey que quiso arreglar las cuentas con sus servidores. Comenzada la tarea, le presentaron a uno que debía diez mil talentos. Como no podía pagar, el rey mandó que fuera vendido junto con su mujer, sus hijos y todo lo que tenía, para saldar la deuda. El servidor se arrojó a sus pies, diciéndole: "Señor, dame un plazo y te pagaré todo". El rey se compadeció, lo dejó ir y, además, le perdonó la deuda. Al salir, este servidor encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, tomándolo del cuello hasta ahogarlo, le dijo: 'Págame lo que me debes'. El otro se arrojó a sus pies y le suplicó: 'Dame un plazo y te pagaré la deuda'. Pero él no quiso, sino que lo hizo poner en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Los demás servidores, al ver lo que había sucedido, se apenaron mucho y fueron a contarlo a su señor. Este lo mandó llamar y le dijo: '¡Miserable! Me suplicaste, y te perdoné la deuda. ¿No debías también tú tener compasión de tu compañero, como yo me compadecí de tí?'. E indignado, el rey lo entregó en manos de los verdugos hasta que pagara todo lo que debía. Lo mismo hará también mi Padre celestial con ustedes, si no perdonan de corazón a sus hermanos".

Meditación de Juan Enrique Coeymans Avaria

¿No debías también tú tener compasión de tu compañero, como yo me compadecí de tí?'.

Jesús pareciera decirnos: Uds. son siempre como embudos: anchos para recibir, pero angostos para dar. Desean misericordia de mi parte, pero no son misericordiosos con los demás. Desean que yo los ayude, pero no son ayudadores de los que necesitan. No es que yo me ponga en una perspectiva semita de trueque, de doy para que des, sino que, sin ese ejercicio de perdonar, ayudar, sacrificarse por otro, el amor de Uds. no crecerá nunca. Y sin amor, no podrán gozar de Dios.

Debo mirar las exigencias del evangelio, no como condicionantes, porque Dios ama sin condiciones, sino como una sana pedagogía del amor, para crecer en el amor: el perdón a las demás, me permitirá conocer la generosidad de Dios, entender, aunque sea mínimamente su infinito amor, renuncia y dedicación a nosotros. Sin la propia experiencia del perdón, del amor y de la entrega, entonces el perdón, el amor y la entrega de Dios hacia nosotros, pasa desapercibida y no entendemos nada.

Señor Jesús, te pido que me des fuerza para ser fiel y que la casi imposible tarea de tu Madre, que es educarme para ser semejante a ti, sea fecunda. Regálame el facilitarle la tarea y no impedírsela con mis egoísmos y pequeñeces. Te bendigo por todo el amor que me tienes, y te pido que me regales el entusiasmo por asemejarme a ti, siendo misericordioso, entregado y solidario con las personas a mi alrededor. Jesús querido, que tu corazón sea mi corazón.

AMÉN

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