Evangelio martes 18 de abril

Martes 18 de abril de 2023 | Juan Enrique Coeymans

18 de Abril del 2023

Evangelio según San Juan, capítulo 3, 7b - 15.

Martes de la Segunda Semana de Pascua

No te extrañes de que te haya dicho: 'Ustedes tienen que renacer de lo alto'. El viento sopla donde quiere: tú oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Lo mismo sucede con todo el que ha nacido del Espíritu". "¿Cómo es posible todo esto?", le volvió a preguntar Nicodemo. Jesús le respondió: "¿Tú, que eres maestro en Israel, no sabes estas cosas? Te aseguro que nosotros hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio. Si no creen cuando les hablo de las cosas de la tierra, ¿cómo creerán cuando les hable de las cosas del cielo? Nadie ha subido al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre que está en el cielo. De la misma manera que Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto, también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto, para que todos los que creen en él tengan Vida eterna.

Meditación de Juan Enrique Coeymans Avaria

El Hijo del hombre sea levantado en alto, para que todos los que creen en él tengan Vida eterna.

El Señor Jesús nos quiere decir en estos textos que la vida eterna es fruto de la Cruz y los dolores increíbles que tuve que experimentar. Desde ese tiempo queda claro para todos Uds. mis discípulos, que asumir la redención es asumir también los dolores. La vida que les doy no es puro dolor, pero es inescapable que habrá dolores en su caminar por la vida. La vida eterna es conquistada por Mí, pero Uds. son mis compañeros en la Obra de la redención n con pequeñas o grandes cruces que les toque asumir.

A mi me cuesta asumir las cruces, que no son solo de dolores físicos. Está la cruz de caer una y otra vez en similares pecados en la vida cotidiana. El alegar por las dificultades que uno encuentra, por quejarse de los dolores, y el olvido que somos compañeros del Señor, somos sus discípulos, y en medio de la oscuridad de nuestras vida pero también de las luces que el Señor me regala, debo tener una actitud de niño ante Dios Uno y Trino, sabiendo que por medio de Jesús entenderemos algún día, que Jesús en lo alto es nuestra salvación y seguro de la vida eterna.

Señor Jesús, bendito y alabado seas ahora y siempre. Con María tu y mi madre Santísima, con los ángeles y con todos los santos en el cielo, canonizados o no canonizados te bendigo y agradezco el regalo inmenso de la salvación por tu cruz y tu Sangre derramada. Señor que te adore en todas las circunstancias de mi vida. Y no me sueltes de tu mano. Regálame el mirar tus llagas santas con reverencia y gratitud. Porque de esa Cruz coronada con tu cuerpo traspasado, está la redención mía y de todos los que te aceptan.

AMÉN

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