Evangelio martes 22 de agosto

Martes 22 de agosto de 2023 | Juan Enrique Coeymans

22 de agosto del 2023

Evangelio según San Lucas capítulo 1, 26 - 38

Martes de la vigésima semana del Tiempo Ordinario

La Santísima Virgen María Reina, Memoria Obligatoria

A los seis meses, Dios envió al ángel Gabriel a Nazaret, pueblo de Galilea, a visitar a una joven virgen comprometida para casarse con un hombre que se llamaba José, descendiente de David. La virgen se llamaba María. El ángel se acercó a ella y le dijo ¡Te saludo, tú que has recibido el favor de Dios! El Señor está contigo. Ante estas palabras, María se perturbó y se preguntaba qué podría significar este saludo No tengas miedo, María; Dios te ha concedido su favor le dijo el ángel. Quedarás embarazada y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Él será un gran hombre y lo llamarán Hijo del Altísimo. Dios el Señor le dará el trono de su padre David y reinará sobre el pueblo de Jacob para siempre. Su reinado no tendrá fin. ¿Cómo podrá suceder esto, preguntó María al ángel, puesto que soy virgen? Y el ángel dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Así que al santo niño que va a nacer lo llamarán Hijo de Dios. También tu parienta Isabel va a tener un hijo en su vejez; de hecho, la que decían que era estéril ya está en el sexto mes de embarazo. Porque para Dios no hay nada imposible. He aquí a la sierva del Señor contestó María. Que Él haga conmigo como me has dicho. Con esto, el ángel la dejó.

Meditación de Juan Enrique Coeymans Avaria

"para Dios no hay nada imposible".

Pareciera que el Señor Jesús me dice: Ustedes mis hijos queridos, creen que Yo soy todopoderoso algunas veces y se olvidan que soy Todopoderoso siempre porque soy Uno con el Padre y el Espíritu Santo. Sus vidas cambiarían mucho si tuvieran una permanente conciencia de que Yo soy también Dios y que los amo a cada uno con todo el poder de Dios Uno y Trino. Para Mí no hay nada imposible, pero no soy un hacedor de malabares, sino un Padre y que el poder que tengo es para educarlos a ustedes y para que tengan unan fe fuerte y permanente en el poder mío.

Es cierto que mi fe tambalea muchas veces porque mi fidelidad al Señor Jesús, está teñida reiteradas veces del interés porque se haga, no la voluntad del Señor sino lo que yo pienso que es lo que más me conviene. Hay a veces un utilitarismo que está lleno de egoísmo subconsciente y lo que debo tener en mi corazón es solo la frase: Señor que se haga siempre tu voluntad santísima que es la única fuente de mayor alegría y felicidad en nuestras vidas.

Señor Jesús, bendito y alabado seas siempre. Perdona mi pequeñez, mi egoísmo y mi centrarme en mí y no en Ti. Que logre entender que aunque eres Todopoderoso, sin embargo te dejaste crucificar por amor a cada uno de nosotros porque era la voluntad del Padre. Pongo en tus manos y en las manos de tu Madre Santísima que hoy reina contigo desde el cielo mi vida y toda mi pequeñez al servicio de tu Reino, porque ustedes estarán junto a mí siempre.

AMÉN

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