Evangelio martes 26 de enero

Martes 26 de enero de 2021 | Juan Francisco Bravo

26 de ENERO del 2021

Evangelio según San Lucas, capítulo 10, 1 . 9

Martes de la Tercera Semana del Tiempo Ordinario

Santos Timoteo y Tito, obispos. Memoria obligatoria

El Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir. Y les dijo: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha. ¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos. No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Al entrar en una casa, digan primero: '¡Que descienda la paz sobre esta casa!'. Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes. Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de
casa en casa. En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan;
curen a sus enfermos y digan a la gente: 'El Reino de Dios está cerca de ustedes'."

Meditación de Juan Francisco Bravo Collado

Digan a la gente: 'El Reino de Dios está cerca de ustedes.'

Es como si Jesús le dijera a los apóstoles, y con ellos a nosotros: "Esta misión que les dejo, este mensaje mío que a veces les parece tan duro, pero que cuando lo viven en profundidad les causa tanta alegría, no es para que se sientan superiores o mejores que el resto. Todos están llamados. Cuando los veo a ustedes contentos por el tremendo trabajo que hacen, yo también me alegro, y junto con eso, me gustaría recalcarles que el motivo por el cuál tienen que estar orgullosos y felices no es el trabajo mismo, sino que por el amor que les da mi Padre".

Hoy día me gustaría ser consciente y celebrar todas las veces que le hemos sido útiles al Señor. Él nos ha llamado, nosotros respondido, y el resultado ha sido del ciento por uno. Me alegro de haber experimentado esta fecundidad que el Señor entrega en mi propia vida. También me alegro cuando veo a las personas que quiero viviéndolo en carne propia. Al mismo tiempo, veo que muchas veces esta fecundidad me ha enceguecido al amor, y me ha quitado la oportunidad de ser más suyo.

Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre cuando tú nos mandas y nosotros somos fieles. Gracias por hacernos fértiles a tu gracia. Pero también cuida nuestro corazón del engreimiento. Que no nos centremos en el hacer, para que seamos más hijos que operarios. Gracias porque aun cuando trabajemos y seamos fieles, para Ti es más importante que te queramos y que nos sintamos queridos. Sabemos que el que más quiere estar cerca nuestro eres Tu. Eres muy bueno Señor.

AMÉN

Comentarios
Nombre:   Procedencia:
Comentario:
Código de seguridad:   captcha
Caracteres restantes: 1000