Evangelio martes 30 de julio

Martes 30 de julio de 2019 | Francisco Bravo

30 de JULIO del 2019

Evangelio según San Mateo, capítulo 13, 36 - 43

Martes de la Décimo Séptima Semana del Tiempo Ordinario

Dejando a la multitud, Jesús regresó a la casa; sus discípulos se acercaron y le dijeron: "Explícanos la parábola de la cizaña en el campo". Él les respondió: "El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los que pertenecen al Reino; la cizaña son los que pertenecen al Maligno, y el enemigo que la siembra es el demonio; la cosecha es el fin del mundo y los cosechadores son los ángeles. Así como se arranca la cizaña y se la quema en el fuego, de la misma manera sucederá al fin del mundo. El Hijo del hombre enviara a sus ángeles, y éstos quitarán de su Reino todos los escándalos y a los que hicieron el mal, y los arrojarán en el horno ardiente: allí habrá llanto y rechinar de dientes. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el Reino de su Padre. ¡El que tenga oídos, que oiga!"

Meditación de Juan Francisco Bravo Collado

Los justos resplandecerán como el sol

Siento que Jesús me está diciendo: "¿Te parece dura mi parábola? ¿Te parece severa? Pues estás en lo correcto: ¡es muy severa! ¿Te confunde? Está bien, también, que te confunda. Tú, más que nadie, deberías estar confundido, porque por un lado eres terriblemente débil, pobre, inconsecuente e incompleto y, por otro lado, eres de los favoritos y queridos de mi Padre. ¿Qué hacer entonces? Si buscas en la Biblia vas a ver qué es lo que han hecho todos lo que se salvan: piden ayuda, piden perdón, piden misericordia, piden salvación. Pide y se te dará, porque no eres de los justos, pero sí eres de los amados".

Al leer este evangelio me lleno de preocupación. Los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. ¿Cómo voy a ser justo yo? ¿cómo voy a atreverme a soñar con brillar como el sol o ser llamado al Reino del Padre? Imposible. Y al mismo tiempo, ¿cómo voy a ser meramente cizaña? ¿cómo Jesús, mi amigo, mi maestro, mi compañero, me va a condenar al llanto, al rechinar de dientes? Después de tanta historia, de buscar tanto y tan insistentemente su rostro... realmente no me calza ni lo uno ni lo otro, y me siento confundido.

Señor, sálvame gratis. Sálvame sin mirar mi inconsecuencia, como salvaste al buen ladrón, como cambiaste la vida de Marcos, o como llamaste a servir a Pedro después de que te negara. Tú sabes que te amo. Tú sabes, además, que por méritos no tengo ninguna opción de caminar contigo. Pero también sabes que hemos caminado juntos trechos largos. Y que, aunque me suelte a menudo, también vuelvo a ti a menudo. Mírame con misericordia y con cariño, y enséñame a mirar a mis hermanos como yo quiero que tú me mires a mí.

AMÉN

 

Comentarios
Nombre:   Procedencia:
Comentario:
Código de seguridad:   captcha
Caracteres restantes: 1000